Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

Intolerancia

JUAN Pablo Durán es el fiel representante de la última escuela del socialismo cordobés: la irrelevancia, practicada con una insistencia titánica por sus líderes desde que José Mellado, Salvador Blanco y Rafael Velasco saliesen de escena por distintos motivos y en diferentes momentos. A excepción, claro está, de Rosa Aguilar, que se fue a deshoras del Ayuntamiento para fichar por un PSOE que antes le había ofrecido el oro pero no el moro. Cuentan en el PSOE que Durán sueña ahora con sustituir a Mario Jiménez como vicesecretario general en el congreso que los socialistas andaluces van a celebrar en noviembre en Granada, pero no hagan caso, es mentira: no lo será. Sin embargo, y a pesar de su atonía, Durán nos ha sorprendido con el encendido discurso con el que quiso defender a la ex alcaldesa de Peñarroya Luisa Ruiz de una acusación y una investigación por corrupción.

Sostiene Durán que la derecha "no hace prisioneros ni captura heridos", entierra a sus enemigos en las cunetas, pero ahora utiliza a jueces, policías y plumillas para practicar la muerte civil con las personas. Y eso, al parecer, es lo que, según Durán, habrían hecho con Luisa Ruiz, que fue detenida en el curso de una investigación sobre los fondos Miner. En más de una ocasión, y desde esta crónica, se ha criticado el derrumbe de las garantías en las instrucciones judiciales sobre corrupción. Es más, aún no comprendo por qué se aisló en un calabozo a Luisa Ruiz durante dos días, que es la práctica policial que se emplea con los terroristas. Sin embargo, Durán, incapacitado para la argumentación, derivó en un discurso donde recurrió, como argumento fácil y erróneo, a la Guerra Civil.

Cuando llegó Susana Díaz, prometió tolerancia cero con la corrupción y sacó del Gobierno a bastantes inocentes que se han visto implicados en el caso de los ERE; es su fórmula, por la que clama una ansiosa opinión pública, de ahí que aún se comprenda menos esta salida de tono de Durán con la que intentó enterrar en la cuneta un caso que, al menos, debería de ser vigilado con prudencia por los socialistas. Ni la derecha mata hoy ni toda la derecha asesinó durante la Guerra Civil. En el peor de los casos, ahora, algunos de sus muchachos aguerridos se cuelan en un hotel y preguntan por el número de habitación de la presidenta para entregarle un papel: truco o trato, Susana, si no lo recoges, te esperamos en el aparcamiento, donde alguno de nosotros te gritará guarra. Vaya. ¿Nadie en el PP ni en el PSOE se atreve a amonestar a estos intolerantes alcaldes o al irrelevante Durán?

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