La esquina

josé / aguilar

Juntas no pueden estar

UNA cosa está clara en las relaciones entre la juez Mercedes Alaya y la juez María Núñez Bolaños: juntas no pueden estar. No sólo por lo que piensan la una de la otra, sino por lo que son. La primera ha destapado los casos de corrupción más abrasivos para la Junta de Andalucía (ERE, cursos de formación, agencia IDEA); la segunda es titular del juzgado de instrucción que ocupaba Alaya y celosa de sus competencias y su dirección de los casos.

El informe de Mercedes Alaya al Consejo General del Poder Judicial sobre el reparto de los sumarios entre ellas es puramente descalificatorio hacia su antagonista. Lo verían ayer en este periódico. Habla de los escasos conocimientos de Núñez en materia penal, su ignorancia sobre las causas que se instruyen y sus errores en las primeras decisiones que ha adoptado. Muestra inquietud por su "estrecha amistad" con el consejero de Justicia, Emilio de Llera, "notorio detractor del trabajo de esta instructora", lo que inevitablemente recuerda las permanentes insinuaciones del poder socialista contra ella misma por su presunta deuda de gratitud con el PP. Y deja una perla indicativa de su personalidad: "Las máximas de seriedad y rigor necesario no se dan en María Ángeles Núñez frente a la experiencia y los resultados que humildemente, pero también de manera innegable, avalan mi trayectoria". Nadie que sea humilde necesita proclamarse humilde.

La aludida se limitó ayer a replicar que las formas empleadas por Alaya no son elegantes. Al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le parecieron algo más que inelegantes: "Totalmente fuera de lugar" y demostrativas de "una evidente falta de voluntad de cumplir el objetivo de colaboración con la titular". Ahí está la clave de este lío, en que la titular del juzgado número seis es ahora María Núñez Bolaños, y lo es porque Mercedes Alaya lo abandonó para hacer carrera, legítimamente, ocupando una plaza en la Audiencia Provincial. También es legítimo y razonable que quiera seguir en el juzgado en comisión de servicio, pero habrá de hacerlo subordinada a la nueva titular, sin acaparar las macrocausas que inició y aceptando encargarse sólo de la parte que la superioridad decida. Mejor dicho, que ya ha decidido.

No creo que el Poder Judicial vaya a enmendar la plana, en esta ocasión al TSJA. Alaya saldrá perdiendo en este pulso que sólo ella ha iniciado.

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