SON muchos los equipos que hay en la Primera División española, pero no todos juegan a lo mismo, es decir, existen diferentes objetivos deportivos que son los que marcan las aspiraciones de cada equipo y de cada afición. De ahí que deberíamos ser lo mas objetivos posibles para saber dónde debe situarse el nuevo Málaga.

‘Nuestra liga’

Es obvio que existen varios escalones deportivos en la Liga, y este Zaragoza-Málaga es nuestra liga, porque no debemos olvidarnos que entre esos distintos escalones existentes, ambos equipos aspiran a acabar el año en la zona segura de la tabla con vistas a la consolidación en la complicada y dura Liga española. De esta forma, los puntos que se obtengan de los equipos instalados en escalas deportivas superiores serán bienvenidos, pero no tienen que ser motivo de obsesión, ni mucho menos crear ansiedad por perderlos, valga como claro ejemplo los no conseguidos en la jornada anterior contra el Valencia. En cambio, sí que se deben valorar, y mucho, los conseguidos en La Romareda.

Espectáculo

La imagen mostrada por los de Jesualdo Ferreira sirve para poder otear el horizonte mejor de lo que se veía tras la primera jornada. Y es que no sólo el resultado es bueno, sino que lo mostrado sobre el terreno de juego nos envía un mensaje de espectáculo, aunque no siempre nos van a ayudar los contrarios como en Zaragoza. Si la verticalidad, la velocidad, el desequilibrio o el remate fueron algunas de las virtudes ofensivas del Málaga que empezaron a esbozarse en la anterior jornada, se terminaron por confirmar ayer. Nos dieron raciones de juego que mostraron a un equipo contundente y efectivo arriba, porque hacer cinco goles en campo ajeno y en tan poco tiempo no es fácil ni tampoco habitual.

Juanmi tambaleó la defensa

Sin cambiar el esquema táctico, hay futbolistas que lo interpretan de forma diferente, bien por sus propias cualidades o bien porque aciertan en lo que el entrenador pide, que es al fin y al cabo lo que el equipo necesita, y eso es lo que acaba redundando en el beneficio colectivo. Así que aunque no me gusta personalizar los éxitos, sí debo hacer una llamada de atención sobre el canterano-futbolista Juanmi: ¡Qué movilidad!, ¡Qué entrega!, ¡Qué trabajo!, ¡Qué acierto cara al gol! Y es que tal vez por ahí empezó a romperse el Zaragoza, porque el acierto con el que se movía este chico entre los centrales hizo que ni pudiesen centrarse en su marca, ni fuesen capaces de sentirse mínimamente cómodos los maños con el balón en los pies.

Letales a la contra

Los contragolpes de este Málaga fueron demoledores. Y aunque el inicio de algunos hay que agradecerlos a fallos individuales de la zaga zaragozista, la mayor parte de ellos no se han finalizado con uno o dos hombres, sino que a veces eran hasta cuatro los blanquiazules que llegaban a las inmediaciones de la portería de Leo Franco para intentar hacer gol. Parece que Quincy cogió la confianza que no tuvo ante Albelda, porque en el gol que le regaló a Juanmi hizo un cambio de ritmo, entre otros muchos, que si lo llega a explotar de la misma forma en partidos venideros, va a generar muchos frutos al equipo.

Mayor consistencia atrás

Sin embargo, un primer tiempo tan exquisito desde el punto de vista ofensivo no puede arrastrar a una segunda parte donde el aspecto defensivo nos ofrezca un balance negativo. Con la actitud atrás queda demostrado, nuevamente, que las ayudas a los laterales sigue siendo escasas, proporcionando claridad y oportunidades de resurgir al contrario. Hay que dar gracias a que hoy no se tenía enfrente a jugadores de mayor corte técnico, como ocurrió en la jornada predecesora en La Rosaleda, pues los frutos conseguidos habrían sido aún mayores, en forma de goles y también en clave de oportunidades, y podría haber costado el disgusto.