HOY, 25 de abril de 2011, se cumple el vigesimoquinto aniversario de una de las leyes más importantes aprobadas en nuestra joven democracia: la Ley General de Sanidad 14/1986. Desde su aprobación, ha constituido el marco legal más adecuado para el desarrollo de uno de los pilares fundamentales de nuestro estado del bienestar: el Sistema Nacional de Salud.

Durante estos 25 años se ha producido un avance muy significativo en nuestro sistema sanitario, constituyéndose como un importante elemento de cohesión territorial y uno de los referentes más importantes de nuestro país dentro y fuera de la Unión Europea. Del mismo modo, ha permitido corregir, en un corto período de tiempo, profundas desigualdades sociales, garantizando el acceso universal y gratuito de todos los ciudadanos a nuestro sistema de salud. Tenía un objetivo fundamental: sustituir la caridad por derechos, vinculando la protección sanitaria a la condición de ciudadano.

Considero importante que recordemos, como parte del homenaje que merece esta Ley, que fue promovida por un ministro socialista, Ernest Lluch, y aprobada por un Gobierno presidido por Felipe González, apoyado por CiU, PNV, CCA y PCE y con el voto en contra del PP (entonces AP).

El fruto del enorme esfuerzo y la determinación de aquel momento, por parte de los primeros gobiernos del PSOE, se refleja en el incremento significativo que se produjo en la sanidad pública, pasando del 4,3% al 5,9% del PIB. Actualmente, con una inversión aproximada del 6,5%, mantenemos una posición privilegiada respecto al resto de países de nuestro entorno, en relación a los parámetros que, según la OMS, definen el estado de salud de un país como son la esperanza de vida y la mortalidad infantil.

El Sistema Nacional de Salud cuenta con una altísima valoración y consideración por parte de una inmensa mayoría de ciudadanos, como lo reflejan año tras año todas las encuestas realizadas por el CIS. En concreto, según datos recientemente publicados y haciendo referencia a nuestra Comunidad Autónoma, el 84% de los andaluces se muestran satisfechos con el Servicio Andaluz de Salud y los profesionales sanitarios que lo constituyen.

La situación económica actual, especialmente dura en nuestro país, pone de manifiesto la imperiosa necesidad de buscar fórmulas que garanticen un modelo de salud más sostenible de cara al futuro. Se trata de un debate ampliamente extendido en la actualidad, que nos exige plantear, desde el rigor, soluciones serias y de largo alcance. En este contexto, fórmulas como el copago, ampliamente defendidas por algunos sectores, y muy extendidas en numerosos países de la Unión Europea, resultarían especialmente duras para los colectivos con rentas más bajas. Del mismo modo, su costosa y difícil viabilidad administrativa, pondría en cuestión su eficiencia y verdadera utilidad.

Veinticinco años después, un gobierno socialista continúa trabajando por avanzar en la sostenibilidad y el funcionamiento eficiente de nuestro Sistema Sanitario Público. La tramitación, en este momento, del proyecto de ley de Salud Pública en el Parlamento y la Ley de Universalización de la Sanidad, constituyen dos magníficos ejemplos del trabajo que viene realizando el actual gobierno para conseguir estos objetivos.

Del mismo modo, el acuerdo alcanzado recientemente, en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, bajo el liderazgo del Ministerio de Sanidad con todas las comunidades autónomas constituye, sin ninguna duda, el camino a seguir, definiendo una hoja de ruta con medidas a corto, medio y largo plazo.

"El futuro no es un regalo, es una conquista", decía el expresidente demócrata John F. Kennedy. Por ello, debemos recordar, hoy más que nunca, que la conquista de este derecho fundamental nació de un proyecto progresista, con la firme voluntad y convicción de crear un sistema sanitario accesible para todos los ciudadanos y que constituya un ejemplo a seguir para el resto de países democráticamente modernos y avanzados.