La ciudad vive pendiente del cielo estos días. Un tiempo despejado permite la salida con tranquilidad de las procesiones, aunque las predicciones apuntan a que puede producirse algún disgusto. Un cielo claro dejará a los turistas satisfechos y con ganas de repetir en un destino de sol y playa. Para empezar ayer sólo llovieron claveles. Y eran todos para el Cautivo y la Trinidad. Buen comienzo.
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