COMENZAMOS nuestro recorrido pronto, a los postres, trasladándonos a la salida de la Crucifixión (también disfrútela en el Patio de los Naranjos). Luego, aprovechando el lugar donde nos encontramos, no se vaya lejos, continúe buscando la salida de la Cofradía de Los Gitanos, donde a los sones del Himno de Andalucía y cante de sentimientos, el sol baña la cara morena de la Virgen de la O, Esperanza de los Mártires. Hay que buscar a la cofradía de Pasión en la Catedral, siguiendo la estela del Nazareno y el Palio ochavado de su Madre del Amor Doloroso. Jóvenes nos sentiremos acompañando a la cofradía de Estudiantes en el acto con el Señor Obispo, Jesús Catalá, en la Plaza o acompañando los últimos suspiros de la candelería de la Virgen llena de Gracia y Esperanza por calle Cister hasta llegar al privilegiado enclave de su casa hermandad de la calle Alcazabilla. Mágico nos resultará archivar en nuestra retina el paso de vuelta de la Cofradía de los Dolores del Puente por su barrio cervantino del Perchel, donde las fachadas añejas y la luz ámbar van a crear la atmósfera propicia para despertar nuestros más gratos sentimientos. Difícil recomendar un punto para disfrutar del Señor de Málaga. Cautivo, estela de túnica blanca que en cualquier lugar impone su divina majestad. Su presencia en cualquier calle descubre el sentido de nuestra Semana Santa. Cruce su puente, el de la Aurora, con Él pero de vuelta, para contemplar cómo Málaga devuelve al barrio a su Dios trinitario y a su Madre. Vea su efigie antes de cerrar este maravillosa jornada.

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