La 'Mamma' Ferrusola

Recuerda la madre superiora al capo Bernardo Provenzano, que dirigía a la 'famiglia' con mensajitos cifrados

Marta Ferrusola se agiganta como personaje gangsteril y mediterráneo, como matriarca de la famiglia Pujol y del catalanismo burgués y adinerado, del mucho gritar "España nos roba" mientras robamos nosotros. Lo último de esta señora son las notas que le enviaba a sus banqueros, notitas manuscritas con caligrafía de colegio de monjas para mover supuestamente el dinero negro y en las que se ocultaba bajo el pseudónimo de madre superiora. Una broma privada, según dicen sus hijos, aunque no creo que ningún juez se trague ese cuento. Bien al contrario parece que la señora Ferrusola ejercía el matriarcado con total intesidad y, mientras su Jordi malgobernaba Cataluña y negociaba los presupuestos a modo de chantaje con los del PSOE y del PP, ella se dedicaba a manejar las cajas B desde la tranquilidad y el sosiego de sus caserones alfombrados. Recuerda la señora por sus prácticas al fallecido mafioso Bernardo Provenzano, que dirigió durante cuarenta años la Cosa Nostra sin teléfono siquiera, sólo con mensajitos en papel que hacía llegar a sus esbirrros de las formas más singulares. Provenzano, al que la Policía detuvo en 2006, acabó palmándola en el trullo diez años después, pues había sido condenado a seis cadenas perpetuas por sus innumerable delitos. No cadena perpetua merece Ferrusola, pero sí comienza a hacerse perentorio que el asunto de los pujoles se agilice en los tribunales porque ahora mismo da la sensación de que esto es un cachondeo en el que la justicia anda a miles de kilómetros de la realidad. Allí, en un juzgado, es el único sitio donde se puede compensar mínimamente a la sociedad española de los desmanes de una familia y de un hombre, Jordi Pujol,que se creyó el padrecito bueno de la autonomía catalana y que acabó convertido, al menos presuntamente, en un corrupto vulgar y corriente, pues nada hay más habitual en la Historia que la corrupción humana. Que un presunto ladrón se envuelva en una bandera, que fue lo que él hizo luego con ayuda de su apadrinado Artur Mas, no significa que deje de ser lo que era. Osea, un ladrón.

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