UNA prestigiosa revista científica publicaba la necesidad farmacéuticode incluir, por su peligrosidad, una advertencia severa en el etiquetado de un medicamento contra la obesidad; esto le ha venido al pelo a Don José viendo a Carmela con una revista en la que aparece una obesa mórbida que se lamenta de su gordura.
-Pó que no coma tantoý¡leche!
-No creerás que todos los gordos están así por comer en exceso.
-¡Pó no va a sé por tené gase!. Que por sierto, esta se pega un peo en un porvero y deja ná má que la pesa de a kilo
Al boticario, muy sensibilizado con las enfermedades raras, le molesta que a la obesidad, como dolencia, no se le tenga la conmiseración que a otras afecciones crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial.
Recuerda especialmente a una paciente a la que costó Dios y ayuda que se le diagnosticase el síndrome de fatiga crónica pues todos los médicos que visitaba, y su propio entorno, la trataba como perezosa. ¿Quién en determinada fase de su vida no está cansado?
-Usté dirá lo que quiera, pero ésta se tié que poné morá y oro de manteca colorá.
-Esta señora padece una obesidad mórbida.
Carmela que, para las cosas que le interesan tiene memoria de elefante, le recuerda al boticario.
-Pó usté dise que pa endergasá lo mejón é no comé. Mi Merche le dise a usté er José Manué Soto, que tó se le va en cantá: "Deja de comé mujé, deja de comé mujé... mujé...".
-Hoy vienes muy graciosa.
El boticario le dice, que en este caso, se trata, de una dolencia necesitada de tratamiento farmacológico y hasta quirúrgico
-Pó yo me acuerdo hase tela de año que usté no me quiso prepará unas medesina que tenían nombre de espía: la X, Y, Z... ¿se acuerda usté?
-Me acuerdo y veo que también vienes con ganas de bronca. Esas cápsulas de las que hablas eran una bomba. Llevaban anfetaminas, extracto de tiroides, diuréticos, tranquilizantesý
-¡Pó mi cuñá, la valensiana, endergasó quinse kilo!
-Que los debió poner enseguida porque este verano me la presentaste y estaba gorda.
La revista que trae habla, precisamente, del medicamento contra la obesidad que ha dado problemas.
-Se trata de un medicamento que en algunos casos ha provocado cuadros depresivos.
Don José recalca que nunca esperen que un medicamento, sólo y exclusivamente, cure la obesidad ya que se trata de una enfermedad que ha de tratarse con régimen alimenticio, ejercicio y, si es preciso, medicación.
-¡Hay que andar más!
-¡No me diga usté eso que servidora, ná má que der lavaero a la terrasa, pá tendé, ando má que un perro perdío.
El boticario, acostumbrado a las comparaciones métricas de las amas de casa que sustituyen metafóricamente las pesas por la bombona de butano y las flexiones con hacer las camas, le dice:
-Los especialistas dicen que hay que dar 10.000 pasos diarios.
-¡Pó me iré a tendé al Estadio Olímpico!
-No hace falta: cómprate un podómetro.
-A mí los callo me los quita Don Manué, er prasticante.
caballeroinf@hotmail.com
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