La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Metamorfosis de Susana

El renacido secretario general hará una Ejecutiva sin barones, pero no les disp utará el poder orgánico en sus territorios

Su sorpresa fue tan inesperada y su frustración tan profunda que, en la peor noche electoral que recordaba, Susana Díaz no supo comportarse. Dio en Ferraz la penosa impresión de que no había sabido perder y, por deducción, que probablemente tampoco habría sabido ganar. Lo primero parece haberlo aprendido en menos de una semana.

El lunes ya le alcanzó la humildad para llamar a Pedro por su nombre -el domingo de autos había estado a un tris de referirse a "esa persona de la que usted me habla", como un Rajoy cualquiera-, aunque delegó en su segundo, Juan Cornejo, la heroica tarea de felicitar a Sánchez y ponerse a su disposición, adelantó el congreso regional para enrocarse sin dar tiempo al sanchismo andaluz a plantear batalla y amagó con hacer valer su mayoría en la elección de delegados al congreso federal.

Todo cambió entre el martes y el miércoles, una vez confirmado que Pedro ofrecía a los barones derrotados en las primarias -derrotadísima, en el caso de Susana- una especie de pacto, tácito o expreso, basado en la vieja fórmula: paz por territorios. El renacido secretario general hará una Ejecutiva a su gusto, sin los líderes autonómicos que se conjuraron para quitarlo del cargo, pero no impulsará plataformas sanchistas para desalojar a éstos del poder orgánico en las comunidades que gobiernan. Quizás haya excepciones, pero no un plan general de venganza en caliente contra sus enemigos.

Así las cosas, Susana ha experimentado una rauda metamorfosis. Se pone a disposición del nuevo-viejo secretario general al que primero encumbró y luego defenestró, se dice partidaria de, y subordinada a, la Ejecutiva que Pedro designe, sea la que sea, asume que no tiene por qué haber cuotas en la dirección y se abre a la negociación con los sanchistas de listas unitarias de delegados al congreso, empezando por su agrupación de Triana. ¡Quién la ha visto y quién la ve!

De paso descubre que su primera obligación como líder política es, y ha sido siempre, defender el interés general de Andalucía, al que ha tenido abandonado, y maneja la idea de cambiar un Gobierno mortecino seleccionado para su propio brillo (de ella, quiero decir). También parece haber descubierto, de golpe, que ha vivido en una burbuja de interesados y aduladores: la alianza más efectiva para aislarse de una militancia de base que, ya se vio, iba por otro lado. Si así fuera, ése sería su triunfo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios