LA Zarzuela ha decidido informar de las actividades diarias del Rey, no sólo -como hasta ahora- de sus viajes por el interior de España o al extranjero o de anunciar las audiencias públicas, sino de mostrar la agenda de trabajo de don Juan Carlos. Hasta ahora, se sabía, pero no con el detalle de nombres y razones, que el Rey mantenía reuniones con destacados empresarios, políticos, científicos, sindicalistas o miembros del Gobierno, pero el Palacio de La Zarzuela ni informaba de los contactos ni de los contenidos. Ahora, palacio informará de la agenda y emitirá comunicados sobre dichas reuniones, cuyo contenido será consensuado con las partes. Todo avance hacia la transparencia de las instituciones debe ser bien recibido e, incluso, alentado. La Monarquía es la principal institución del Estado y, aunque por sus limitaciones constitucionales, ha estado en un prudente segundo plano detrás del Gobierno y de las Cortes , es bueno que los españoles conozcan el quehacer diario del Rey. Es positivo para todos y para la Corona. El Rey ejerce un papel de árbitro en nuestro sistema constitucional, pero de todos es sabido que, además, se ha convertido en el mejor embajador del país, no sólo en el plano político, sino también en el comercial. Otras monarquías europeas han dado pasos similares. La británica, por ejemplo, da cuentas públicas de su financiación y de sus gastos. Estos cambios en La Zarzuela no obedecen sólo a la llegada de un nuevo jefe o de otro responsable de comunicación. A nadie se le puede escapar que don Juan Carlos está preparando una institución que, en manos de su heredero, el Príncipe de Asturias, deberá ser distinta, sin perder ni su esencia ni su función constitucional. El Rey fue el impulsor del cambio y de la transición de un sistema autoritario a una monarquía parlamentaria y democrática; contuvo y paró los principales obstáculos a su desarrollo, y se ganó un apoyo que va más allá de la Carta Magna. La Constitución asegura la continuidad de la Monarquía, pero don Juan Carlos también prepara cómo será esa institución en el siglo XXI. A partir de ahora, también veremos cómo aumentan las actividades del Príncipe de Asturias a la vez que cae la presencia de sus hermanas, las infantas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios