Morir en la cama

Ya empieza a parecer que el maldito príncipe va a tardar más que el pleno empleo

Moreno Bonilla recuerda muchísimo a Pedro Sánchez. Quizá no sea un halago, pero es indudable que tienen muchas cosas en común. Además de estar ambos muy hartos de Susana, cosa circunstancial, ambos son jóvenes y atractivos, ambos tienen siempre una fabulosa sonrisa y a ambos cuesta mucho oírles algo interesante. Representan muy bien esa insustancialidad personal de cierta promoción de políticos, ese predominio del continente sobre el contenido, que los hace parecer a todos copias del mismo muñeco. La suerte de Sánchez es que toda la salsa que le faltaba se la ha puesto la gestora, lo han convertido en un outsider, lo han sacado del escaparate del establishment, y ya no parece tan de mentira. Es más, ahora casi parece un rebelde, que es algo muy atractivo para una generación que no ha tenido que luchar contra nada concreto y tangible. Tener un buen enemigo es una garantía de éxito, Pablo tiene al régimen del 78, Pedro tiene a la gestora y ahora encima se ha quedado con Susana, dejando al pobre Juanma sin un villano que le de lustre y altura, y que haga que no parezca un niño repeinado.

Sin Susana, Bonilla resultará absurdo, como un belga por soleares, y, por si fuera poco, Rajoy le ha ofrecido su bendición y su admiración, algo a lo que un líder regional del PP no suele sobrevivir mucho tiempo. Después de que Rajoy te de la mancha negra, como el viejo Pew, ya nadie te vuelve a prestar dinero, lo cual no quiere decir que no vaya a poder ganar en Andalucía, y ese es el gran drama. Después de más de treinta años "de régimen", como lo llama el propio PP andaluz, esperábamos otro final muy distinto, si es que finalmente se produce. Confiábamos en que nos rescatara un príncipe azul, pero Susana, como Chaves, se les ha muerto en la cama, y ya empieza a parecer que el maldito príncipe va a tardar más que el pleno empleo.

Mientras tanto, el PSOE en vez de buscar un príncipe o un dentista, pondrá a alguien más amable, más humano, menos raro. Alguien con sangre caliente, en vez de sangre azul, que aquí ha funcionado siempre mucho mejor. No hace falta ser Arriola para verlo, pero el PP de nuevo confía, y mucho, en que cambie el cliente en vez de cambiar el producto, e insisten en ponernos un fabuloso candidato, pero para Valladolid. Y así quizá Susana no sea la última que se les muera en la cama.

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