Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Motivos para dudar

ES decepcionante que los partidos nacionales se empeñen en jugar la liga regional. En el PP se puede estar a favor y en contra del trasvase del Ebro, según el territorio que se represente. Y en el PSOE se puede sostener que los impuestos los pagan los ciudadanos o las empresas y no los territorios, y lo contrario. Son los daños colaterales de la España plural. El padre de la criatura, Pascual Maragall, pide ahora voto en blanco. A la ministra Carme Chacón las cámaras de televisión la han cogido in fraganti con una chuleta escrita en la mano. Ha explicado que era para no olvidarse nada. Por el contrario, hay cosas que ella dice que no se nos deben olvidar a los demás. Esta amiga del presidente ha hecho unas propuestas fiscales para Cataluña típicamente nacionalistas, que está convencida que "sólo se pueden conseguir con el PSOE en el poder, porque con el PP sería imposible". Toda una invitación para no votar a Zapatero en la España pobre.

Los socialistas catalanes quieren un cupo como el vasco para liquidar sus impuestos estatales. En algunas balanzas fiscales el saldo final le sale positivo al País Vasco. O sea, que reciben más del Estado en servicios varios de lo que contribuyen a las arcas nacionales. Es un cheque anual de 1.300 millones que mandan a Madrid, que se acaba de subir a 1.500. El cupo vasco es una herencia de los antiguos fueros, salvados en la Constitución de 1978 como precio por el voto favorable del PNV. Pero los nacionalistas se abstuvieron. Lo que significa que se puso de gratis. Si Cataluña consigue lo mismo que los vascos, Andalucía quedaría perjudicada.

La ejecutiva de los socialistas catalanes (el PSC) aprobó el lunes su manifiesto electoral, en el que reclaman un nuevo sistema de financiación que consiga "la equiparación progresiva entre los ingresos de la Generalitat y los que proporciona el sistema de concierto en el País Vasco". El PSC insiste en que se publiquen las balanzas fiscales. Nada hablan del amplio superávit de la balanza comercial de Cataluña con el resto de España. De la ventaja que tuvieron en el pasado, en la economía intervenida de la dictadura, de tener un mercado cautivo que les enriqueció. O en la actualidad, en un mercado único, en el que pueden vender mercancías en Andalucía sin pagar arancel.

Hace unos días el conseller catalán de Economía, Antoni Castells, hablaba de la negociación que "en los próximos meses tienen que entablar el Gobierno y la Generalitat para reformar el sistema de financiación y resolver el desequilibrio entre regiones ricas y pobres". Parte de un error: Cataluña y España no pueden negociar bilateralmente un sistema de financiación: debe hacerse entre todas las autonomías. Pero la cuestión de fondo es que el PSOE tiene una oferta fiscal para los catalanes que perjudica gravemente a Andalucía. Montilla y Chaves juega cada uno su liga regional. Así, hay motivos para dudar...

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