Punto de vista

Pablo Ríos

Peligros de la metaficción

Imaginario parte de un planteamiento con un presupuesto lúdico de agradecer: en el filme, dos historias se entremezclan y no tenemos claro cuál es la ficción dentro de la ficción. La ambición de Cantos, sin embargo, no termina de culminarse. Hay algo en su puesta en escena que resta credibilidad al mundo que el director granadino quiere construir. Resulta curioso cómo el realismo, en un relato donde la ficción juega un papel tan determinante como es éste, se convierta un lastre. Porque, lamentablemente, no terminamos de creernos a ese editor de maneras seductoras interpretado por Gary Gibson, y tampoco entendemos el mal café del otro editor al que da vida el actor Charlie Levy Leroy. Ni siquiera la taberna que regenta Cherradi (Antonio Dechent) tiene pinta de taberna. Imaginario endereza el rumbo cuando Rosana Pastor toma las riendas del relato, ya sea encarnando el papel de la ex actriz aspirante a escritora o el de la consentida esposa con ínfulas artísticas. Visto el resultado, quizás Cantos debiera haber explotado un poco más la vena humorística de la Pastor. Crucemos los dedos y esperemos que en su segunda película, el director cuide más los detalles, que diría Jorge Valdano. Y es que, puestos a escoger, este crítico prefiere como relato de metaficción a El último gran héroe (1993), de John Mc Tiernan, con un Schwarzenneger out of bounds repartiendo mandobles a diestro y siniestro encarnando a Hamlet. Qué le vamos a hacer.

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