Hasta el pasado mes de diciembre, en el análisis de los comportamientos humanos sólo se podía practicar académicamente la indiferencia, la bondad o la maldad y éstas dos últimas en distintos grados, pero desde la fecha dicha hacia nuestros días; y siempre desde el punto de vista académico; teniendo en cuenta, el mayor o menor cinismo y falsedad que apliquemos, puede practicarse, además, el buenismo, así, sin entrecomillar ni necesidad de escribir en letras bastardillas.

El buenismo es una de las 3.345 nuevas modificaciones, supresiones o incorporaciones que, en el largo y limpio listado del último Diccionario de la RAE, Real Academia Española, vinieron a fijar los sabios y sesudos señores guardianes del esplendor de la lengua. ¿Y qué es el buenismo?, pues según el dicho Diccionario "La actitud de quien, ante los conflictos, rebaja su gravedad, cede con benevolencia o actúa con extrema tolerancia". Este término -y siempre según la RAE- es usado más en sentido despectivo.

Veamos un ejemplo: El llamado "top manta" o conjunto de actividades comerciales llevadas a cabo por mafias organizadas e inmorales, que se ocupan en distribuir, sin legitimidad alguna, en nuestro país diversas clases de productos generalmente falsificados (perfumes, textiles, marroquinería, óptica, etc.) explotando para ello a un montón de criaturas, muy mayoritariamente de raza negra, bajo nivel cultural y procedencia subsahariana, con dudosa presencia legal en el país y a los que someten a un régimen de cuasi esclavitud y hacinamiento, mediante la extorsión y el hambre, obligándoles a la venta ambulante callejera y sin ningún tipo de licencia, situándose muchas veces estos en sus puestecillos sobre mantas, en los aledaños de comercios que, por el contrario, sí pagan, con escrupulosidad y rigor todos los impuestos estatales, autonómicos y municipales, tasas, seguros, alquileres, suministros de electricidad, agua y otros, sueldos y cargas sociales de propietarios y empleados.

Y como ejercicio de buenismo, dice la dirección de Podemos que pedirá se legisle en el Congreso, para que se deje de perseguir esta práctica mafiosa y de ese modo, como se trata de negritos y da lástima, el Estado proteja, definitivamente, a quienes incumplen las leyes y desampare, definitivamente, a los ciudadanos que sí las cumplen. Eso es lo que, para contribuir al desarrollo y al bienestar de España, quiere Podemos. Y a lo peor, hasta encuentra apoyos. ¿O no?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios