Política y redes

Las redes y la política eficaz, la que en este caso ejemplifica el alcalde pozoalbense, han sido esta vez esenciales

La joven pozoalbense Sara Cerezo Miranda volverá a España en los próximos días, en un Airbus fletado con ese objeto por el Gobierno. Se pondrá así fin, si todo sale según lo previsto, a la odisea de esta mujer y del resto de españoles que se vieron sorprendidos por el huracán en la isla de San Martín, un enclave del Caribe que en una horas pasó de paraíso a pesadilla, de enclave idílidco a lugar donde la carestía daba pie al pillaje y la delincuencia. Así lo denunció Sara en un vídeo dramático, en el que se veía su casa destrozada, y en un mensaje de Facebook en el que reclamaba que los sacasen de allí y en el que decía que la gente se mataba por una mísero botellín de agua. "No hay diez muertos, hay décenas", relataba. El mensaje se hizo viral y llegó a todas partes, especialmente a su pueblo, Pozoblanco, donde esta joven odontóloga y su familia son muy queridos. Allí fue también donde un alcalde joven, el popular Santiago Cabello, hizo suya la causa de Sara. Comprometido con el asunto, en la tarde del domingo, una vez se supo su situación, se encerró en su despacho con el padre de la joven y comenzó a tirar de teléfono. José Antonio Nieto, al que ahora le ha dado las gracias, fue el enlace que le permitió hacer llevar el caso a Asuntos Exteriores e incluso a las autoridades francesas. De esos movimientos en un municipio de Los Pedroches nació pues la concienciación necesiaria para que al final el Gobierno haya entendido que a estos españoles, la mayoría de ellos trabajadores en San Martín como en el caso de Sara, tenían que regresar a casa. Confiemos en que que avión los traiga sanos y salvos, pero también creo que es el momento de reconocer que tanto las redes sociales como la política eficaz, la que en este caso representa el persistente alcalde pozoalbense, han permitido que una situación tan compleja pueda encontrar una vía para resolverse. Que Sara vuelva en fin a su pueblo, que ya mismo está de Feria, y que el alcalde persista en ese modo laborioso de entender su trabajo. Que el gobierno nunca se olvide tampoco de los españoles. Y que los españoles no seamos olvidadizos a su vez con las personas que se ven golpeados por los desastres. Muchos de ellos, por desgracia, no tienen un Airbus gubernamental en el que volver ni un alcalde que los reclame.

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