Prácticas democráticas

Para que una consulta tenga validez democrática tienen que cumplirse unos requisitos, si no es un fraude

Según los datos del Eurobarómetro 2018, los nuevos partidos tienen un apoyo importante, pues se confía en ellos en cuanto a que pueden traer un necesario cambio real y a que encontrarán soluciones mejores a los problemas. De todas formas, hay que esperar para comprobar si definitivamente se asientan y logran sustituir a los tradicionales o conviven con ellos en similares condiciones; dado que las encuestas reflejan un momento o periodo concreto y en asuntos como la política, sobre todo en las democracias, los cambios de opinión pueden ser frecuentes y muy rápidos. Es cierto que la presencia de esas recientes organizaciones ha despertado a unas sociedades adormecidas políticamente que profesaban la creencia de un desarrollismo ilimitado, por lo que se podía vivir sin pensar mucho en el más allá porque cualquier consecuencia negativa sería manejable. La realidad demostró que tal presunción era un error. Pero eso es una cosa y otra muy diferente es que en verdad sus soluciones sean mejores, como estima más de la mitad de la muestra europea estudiada, lo mismo que podría afirmarse de sus métodos o procedimientos. A este respecto, una de las cosas que muchos de esos movimientos han defendido ha sido la idea de que hay que convocar referéndums con sus bases, con regularidad, ante los más variados temas, en un intento de mejorar la vida democrática, frente a lo que ha venido haciendo la democracia representativa. ¿Y esto es así? ¿Realmente ese es el mejor funcionamiento democrático? ¿Conviene recurrir a múltiples consultas? ¿Son siempre procedentes? Para responder positivamente a estos interrogantes tendrían que concurrir una serie de circunstancias que en muchos casos no se dan, por lo que su eficacia y validez se verían limitadas. Habría que considerar si los participantes en la consulta tienen la suficiente información; si con ésta no ha habido manipulación; si han tenido ocasión y tiempo de reflexionar sobre el asunto; si existen controles adecuados en la votación y no hay pucherazos; si el tema tiene más que ver con rencillas personales que con cuestiones verdaderamente importantes -como es posible que ocurra en Podemos Galicia, con la diputada Paula Quintero-; y así, muchos más requisitos. No obstante, no quisiera dejar de mencionar uno más, como el de si no se persigue escurrir las responsabilidades personales para endilgárselas a las bases -léase caso chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero-, porque hay caraduras para eso, vaya que si los hay.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios