Postales desde el filo

Primarias y plebiscitos

Asistimos a un debate a cara de perro entre aspirantes, que podríamos definir como eliminatoria a doble vuelta

En su comentario matinal del pasado jueves en la Ser, Iñaki Gabilondo, dando por hecho que Susana Díaz sería candidata a la secretaría general, venía a decir que más que entre dos candidatos las primarias parecían una pugna entre dos PSOE: "no conozco mejor manera de reducir a escombros un partido", sentenciaba el veterano periodista. Su lúcido pesimismo me recordó a algo que leí en Flash Boys, un libro de Michael Lewis, en el que un operador de alta frecuencia de mercados financieros definía un sistema complejo -un partido político lo es y mucho- como en el que en algún momento todo se llena de mierda, y no hay nada que puedas hacer para evitarlo.

Lo cierto es que el trasfondo del agrio debate interno que vive el PSOE poco tiene que ver con el objeto de las primarias de mayo. Si el partido debe girar a la izquierda o mantener la centralidad política, son asuntos que, por importantes que sean, no toca decidir ahora. Como asistimos a un debate a cara de perro entre aspirantes, podríamos definir este proceso interno del PSOE como una eliminatoria a doble vuelta. De tal forma que se podría dar el caso de que los presupuestos ideológicos, estratégicos o de alianzas, defendidos por el ganador de estas primarias, fuesen derrotados en el partido de vuelta: el 39º Congreso que se celebrará al mes siguiente. Por ello convendría, por seguir con metáforas futbolísticas, bajar la pelota al suelo y reconducir el debate hacia cuestiones más propias de lo que está ahora verdaderamente en juego. Una cosa es que, por lógica, las cuestiones de carácter ideológico o estratégico estén inevitablemente presentes en el debate sobre el liderazgo y otra, bien distinta, pretender hacer creer a la militancia que en estas primarias están en juego cuestiones que sólo corresponden al congreso: máximo órgano de toda organización política. Es querer cambiar las reglas del juego, tomando la parte por el todo, dar un carácter plebiscitario a unas elecciones convocadas con un fin muy concreto. Reglas que por cierto aún no están definidas, al menos en la página web del PSOE no he encontrado un reglamento específico. Sería un error iniciar un proceso, sobre el que se proyectan inquietantes sombras, sin consensuar un reglamento que garantice la limpieza del mismo, así como las derechos y garantías básicas de candidatos y electores. Tiempo hay hasta mayo de hacer las cosas bien y evitar que se cumplan los malos augurios.

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