Crónica personal

Pilar Cernuda

Profesionales

HAY debate, hay escenario para el debete, se sabe ya qué televisiones van a transmitirlo, hay incluso moderadores para el debate, y hay una Academia que se va a llevar un dinerito a costa del debate, aunque la idea inicial era que las cadenas que organizaran los debates cedieran graciosamente la señal a todas las demás sin recibir un duro a cambio. Pero queda algo pendiente: ¿Quién se hace cargo de defender a los periodistas cuyos nombres han estado dando vueltas los últimos días, y que finalmente no han sido elegidos como moderadores? ¿Cómo se levanta la sombra de sospecha que hay sobre ellos?

Es indignante lo ocurrido con Fernando Onega, Victoria Prego, Carlos Herrera, Roberto Arce, Vicente Vallés y algún otro y otra. Todos ellos han demostrado sobradamente su solvencia, su seriedad a la hora de trabajar, su criterio y su profesionalidad; sin embargo, tras este conchabeo entre PSOE, Moncloa, PP, la Academia de Televisión y la Cuatro,que en algunos casos alcanzó cotas de indecencia, todos ellos se quedan con el sambenito de la falta de objetividad. Cuando el nombre del moderador no dependía de su supuesta objetividad, sino de ver quién era capaz de mover más hilos. Excepto en el caso de Olga Viza, llamada en el último minuto, a sugerencia de Pío García Escudero, tras comprobar que la Academia y la Cuatro ponían cruz roja a otros nombres. Porque eso es algo que la gente debe saber: las cruces rojas han venido, en casi todos los casos, de la Academia y de la Cuatro, no del gobierno ni del PP.

Se ha jugado en exceso con la palabra "neutralidad". Escenario neutral, televisión neutral, realizador neutral, moderador o moderadora neutrales. ¿Quién reparte los carnés de neutralidad en este país, José Blanco, García Escudero, Campo Vidal, Zapatero? Seamos serios, respetemos la profesionalidad de las cadenas y de los profesionales, hemos asistido a un espectáculo verdaderamente bochornoso.

Habrá debates y es una excelente noticia. Pero las cuestiones previas han llegado a tener tintes que provocan vergüenza, se comprende el descuelgue de Antena 3, que estaba decidida a emitir los debates y que finalmente se ha apartado del mercadeo.

Los españoles tienen derecho a ver un cara a cara entre los aspirantes a presidir el próximo Gobierno. Lo que no es de recibo es que ese cara a cara esté tan absolutamente medido por los equipos de uno y otro que al final tendremos a un Zapatero y a un Rajoy necesariamente encorsetados por los acuerdos sobre las cuestiones a tratar, cuánto tiempo, sin réplicas, sin preguntas formuladas por los moderadores, pactando incluso quién debe responder antes tras los bloques de publicidad.

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