El cuentagotas

Eugenio / Chicano

Rivalidades nuestras de cada día

SIEMPRE existieron rivalidades entre los protagonistas que destacaban en las cosas de todos los días. Y si no las había, se creaban. Joselito y Belmonte, Manolete y Arruza... En Málaga, a finales de los 40, se daba una gran afición por la bicicleta; los nuevos modelos de Orbea, las de carreras que alquilaban en el garaje Saenz, en la esquina de calle Álamos, difundían la práctica del deporte de la bici, que se impuso contundentemente por aquellos años. Recuerdo verme asomado al balcón de mi casa de calle Sánchez Pastor viendo salir en bici a mis prolíficos vecinos los Alonso Martínez, Alonso Oliva, Corcelles y otros, que sin exagerar, sumarían veintitantos ciclistas. Todos los domingos por la mañana se celebraban carreras en el paseo central del Parque. La competición creó rivalidad; la afición, sus mitos. Luis Vaquero, un joven de Ciudad Jardín, representaba a una incipiente clase media; Palomeque, al pueblo. Diferencias sociales dirimidas a golpe de pedal.

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