A pesar de que los encargados del atrezzo tuvieran que colocarle una tarima para alcanzar al micrófono, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, supo estar a la altura política del acontecimiento de ayer en Málaga que superó con nota alta. Pronunció un discurso de más de media hora sin necesidad de leerlo, algo muy poco habitual en los políticos de hoy en día, y cuidó al máximo los detalles como prueba que al final del acto sorprendió a muchos de los presentes cantando la letra del himno de Andalucía que se sabía de memoria.

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