Club Dumas

salvador Merino

Segunda vuelta

TRAS las elecciones autonómicas, municipales o internas que han tenido lugar recientemente, cabe preguntarse cuál es la razón para no implantar un sistema más adecuado que pueda responder al deseo global de los votantes. Evidentemente puede no ser la panacea, pero aquellos estamentos cuyo gobierno es elegido en sistema de doble vuelta evitan el espectáculo de los extraños compañeros de viaje, de las uniones de interés poco social y de los bandos irreconciliables.

Basta ver muchos de los resultados acaecidos en los diferentes municipios de Málaga para comprobar que en poco responden a la voluntad popular y a los planteamientos previos realizados durante la campaña electoral. Sirvan de ejemplo esos principios defendidos por algunos de dejar gobernar a la lista más votada y, tras los resultados, en Mijas, Torremolinos o Nerja hay excepciones, o las recientes elecciones internas en Ciudadanos. En el fondo estas situaciones responden a cuitas internas, conflictos personales y ajustes de cuentas pendientes, que si bien son comportamientos intrínsecos al ser humano, distan mucho de servir de referencia en los planteamientos políticos.

El hecho de no optar por el sistema de segunda vuelta, donde una vez escogidos los concejales y no habiendo partido con mayoría absoluta, el alcalde es votado por los ciudadanos entre los dos candidatos con mayor apoyo, es paradójico. Cualesquiera de los dos partidos clásicos ha tenido la oportunidad de hacer los cambios en la ley electoral para apostar por este sistema, tan extendido en otros países, y sin embargo no quieren que sea la voluntad popular la que decida a su máximo representante. ¿Acaso no es más lógica esta opción que la de entrar en un despacho a puerta cerrada, pactar los cargos y prebendas correspondientes, y después pasarse la legislatura dando explicaciones sobre acuerdos inexplicables?¿Y no es más justo que, a tenor de los resultados, los votantes ofrezcamos nuestro segundo apoyo a aquel que más se aproxime a la opción previamente elegida? Cuando uno ve los resultados de las elecciones internas de los partidos, las cacicadas que otros cometen por estar poco preparados democráticamente para asumir responsabilidades y las justificaciones vagamente constitucionales de estos hechos, se espera que algún día sean los votantes los únicos responsables de poner al frente a los mejores candidatos.

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