Sigue el fútbol

Si se decía que en los toros el único que tenía vergüenza era el toro, en el fútbol actual el único presentable es el aficionado

No digo vuelve porque, en realidad, nunca se ha ido. Termina la Liga, pero el fútbol sigue ocupando las vidas de gran parte de la humanidad, independientemente de su clase y condición social. El fútbol, el espectáculo de masas del siglo XX, llegó para quedarse para siempre, incluso los límites que adquirirá a lo largo de este siglo son insospechados. Del dicho romano pan y circo hemos pasado al actual de fútbol y subsidio.

Soy un amante del fútbol, pero detesto el pestilente mundo que le rodea. Llamar deporte al fútbol profesional actual es tan acertado como llamar bicicleta a una calabaza. Lo que según el dicho inglés era un juego de caballeros practicado por truhanes se ha convertido en una batalla de mercenarios dirigidos por manipuladores y comisionistas. Competiciones amañadas, árbitros a favor del poderoso, apuestas manipuladas, desequilibrios en las élites federativas, comisiones legales e ilegales, pero siempre rayando en la indignación, medios de comunicación serviles a los grandes y ajenos a la igualdad necesaria para la justa competición deportiva, grandes capos y especuladores llegados a un mundo en el que el dinero se gana fácilmente y, nunca mejor dicho, en forma de pelotazo… A pesar de ello nos sigue cautivando el fútbol.

A mí me gusta el fútbol, no la política futbolística ni la prensa rosa que le rodea. Me gusta hablar de estrategias, de técnicas, de jugadores con clase, pero no me interesan para nada ni las parejas de los futbolistas, ni donde veranean. Disfrutaba con las subidas de Gordillo, con los quiebros de Quino y Enrique Montero, con los saques de falta de Rogelio y los cañonazos de Scotta, con los pases largos de Cardeñosa y los regates de Kiko o Mágico González. Me gustaba el Brasil de juego abierto y fantástico de Rivelino, Zico o Jairzinho y no el de tanto tuercebotas como prolifera por los campos.

Y, sobre todos ellos, Johan Cruyff. El fútbol a partir de él tiene un antes y un después. Antes había grandes jugadores, pero el fútbol era otra cosa. Luego los ha habido magníficos y los seguirá habiendo, pero a partir de Cruyff, tanto como jugador que como entrenador, se juega de otra manera. Es lo que se llama el fútbol moderno. De la misma manera que se decía que en los toros el único que tenía vergüenza era el toro, en el fútbol actual el único presentable es el aficionado. Jugadores, técnicos, directivos… ¡Money, money!

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