PINTANDO, hay tiempos muertos -dar una segunda mano a un fondo, esperar a que seque la primera mancha...- donde el pensamiento vuela fuera de contexto y sujeción. Hace días, en igual circunstancia, me vino a la mente la pregunta: ¿Recuerdo cuál fue mi primer sufrimiento? Buscando respuesta traté de discernir sobre qué es el sufrimiento, llegando a la conclusión de que puede ser de doble índole, la material y la espiritual. Sufrir una pena puede traducirse como ir a la cárcel o llorar una ausencia, por ejemplo. Padecimiento y dolor, sinónimos que nos ofrece el diccionario, tienen también doble interpretación, por lo que encuentro indefinido el concepto de sufrimiento anímico. Insisto, a mi parecer, está más cerca de la angustia, la indefensión, el desamor, la ansiedad que de cualquier dolor físico, aunque éste llegue a somatizarse. Me atrevo a asegurar que mi primer sufrimiento lo sentí a los 9 años, cuando empecé a percibir que el matrimonio de mis padres empezaba a romperse.