el cuentagotas

Eugenio Chicano /

Teatro Romano

DEBO admitir que la remodelación de calle Alcazabilla-Teatro Romano ha quedado aceptable; lástima que el teatro en sí no reúna las condiciones mínimas para su utilización. Adaptar sobre lo descubierto camerinos, tramoyas, luces y demás infraestructuras es imposible por imprescindible para poder representar obras u organizar festivales al uso. Recuerdo en mis tiempos de escenógrafo, cuando me codeaba con directores locales y hablábamos del Teatro Romano y sus posibilidades: Carlos Tejada, Paco Puertas, Juan Bautista Ocaña, Víctor Andrés Catena desde Granada, Andrés Oliva, Romero Esteo... Tanta buena gente llena de sabiduría y afición. Ángeles Rubio Argüelles desplazó alguna vez su compañía ARA al escenario romano. Nunca presencié grandes éxitos en tal ámbito. La mala audición, la incomodidad, el aire libre, sacaban al público de situación, sofocando su conexión con la obra y su puesta en escena. Tampoco lo consiguió una compañía coreana que representó Bodas de sangre ¡en coreano! ante el estupor del público malagueño. Eran otros tiempos.

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