El puchero

Teresa Santos

Temporales de levante

ESA tendencia a la irreflexión que nos caracteriza hace que olvidemos a menudo la relación causa-efecto. Yo estaba allí el Domingo de Ramos, viendo cómo el temporal de levante se llevaba de nuevo la arena de la playa de Ferrara, cómo las olas chocaban contra el paseo marítimo de Torrox en esas zonas donde se estrecha la distancia entre el rebalaje y las construcciones casi a pie de playa.

La continuada reposición de arena que una y otra vez emprende la Demarcación de Costas pone de manifiesto que romper la dinámica litoral invadiendo de ladrillo el espacio costero tiene un alto precio, sobre todo, si no se respeta el espacio que el mar reclama como propio.

Me preocupa que los ciudadanos sigamos instalados solo en la protesta, cada vez que la acción de la naturaleza nos pone a todos en nuestro lugar. Queremos tener apartamentos en primera línea de playa, aunque esto suponga no dejar libre ni un metro del litoral. Y que nadie nos hable de retranquear paseos marítimos o perder metros de proximidad al mar. Mejor pensar en escolleras, espigones semisumergidos, o lo que sea necesario, pero que a nadie nos toquen un milímetro de nuestra propiedad.

Como siempre, la Administración llega tarde y trata de poner solución a situaciones que no ha sabido o no ha querido controlar. Todavía no he encontrado a ningún responsable de la Administración capaz de ofrecer una explicación coherente sobre el retraso de décadas a la hora de establecer los deslindes marítimo-terrestres. Unos deslindes que de haberse hecho hubieran evitado el increíble gasto que tiene que hacer Demarcación de Costas para regenerar las playas. Unas playas a las que apenas si llega la arena de los ríos. Se detiene en los numerosos obstáculos ideados para evitar inundaciones. Como tampoco se ha trabajado con eficacia para marcar los deslindes en los ríos y sus zonas inundables, evitando que se construya en ellas; los esfuerzos públicos tienen que dirigirse a evitar males mayores cada vez que la meteorología nos es adversa.

Relación causa-efecto. Me pregunto por qué los ciudadanos parecemos empeñados en vivir ignorando lo importante y preocupándonos solo de denunciar lo concreto, lo que nos afecta al instante, sin dar cuartelillo a la reflexión, sin exigir de la Administración que cumpla con su papel, con el control sobre lo que es de todos, incluso por encima de nosotros mismos.

Pero claro, como todavía no hemos cambiado el modelo productivo, todo son trampas. Si la construcción sigue de capa caída, hay que recurrir al turismo. Un turismo nacional que nos llega con ganas de disfrutar de la playa, si el tiempo lo permite, y que no debe encontrarse con los destrozos continuados que causan los ¿temporales de levante? Serán los temporales de levante.

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