Político en cien días

Antonio Vargas Yáñez

Verde que te pinto verde

PARA que una fase sea la primera, tiene que existir otra segunda. Eso fue lo que ocurrió con la Primera Guerra Mundial, que dejó de ser la Gran Guerra tras la llegada de la Segunda. Dado que "fase" es "cada uno de los distintos estados sucesivos de un fenómeno natural o histórico", es difícil aceptar que la vía verde ciclista y senderista del Guadalmedina sea la primera fase para que el río "deje de ser una cicatriz en la ciudad" sin conocer qué seguirá a este "gran primer paso" (ignoro por qué algunos políticos se empeñan en cambiar el orden lógico de los adjetivos).

Desde el momento que se convocó el concurso de ideas sobre el río, quedó claro que no se desarrollaría la propuesta ganadora, sino que las mejores ideas de todas las que se presentasen servirían para "inspirar" el plan definitivo. Tres años después de que se fallase el concurso, seguimos sin un proyecto global que se pueda desarrollar por etapas, aunque sí tenemos algunas cosas claras. Primero, que se pueden hacer grafitis en los muros del río y que salen más baratos que los del recientemente bautizado SOHO. Es cierto que algunos son de menor calidad, pero un convenio con la facultad de Bellas Artes podría mejorarlos. Segundo, el uso ciudadano del cauce se concreta en: a) pasear a los perros y que hagan su caquitas (el agua del río se las lleva periódicamente); b) que la juventud local monte en monopatín; c) que la extranjera juegue al voleibol. Y tercero, que por el cauce tiene que seguir pasando los mismos 600 metros cúbicos por segundo que se contemplaban desaguar mucho antes de convocar el concurso. Circunstancia que limita cualquier plantación en el cauce.

Tras haber propiciado que los malagueños "mantengan viva la reflexión sobre el río" y conozcan tres nuevas formas de "utilizar el cauce", ahora se propone realizar una "vía verde ciclista y senderista". No tengo experiencia como ciclista y supongo que a éstos les gustará este paseo sin coches ni semáforos. Personalmente, como peatón que diariamente subo o bajo desde el puente de Tetuán hasta el de la Aurora o el de Armiñán, nunca he sentido deseos de torrarme en el cauce bajo un sol de justicia, donde a la vista de las infografías, el verde no estará ni en la pintura del firme. No digo que sea una mala idea, pero a día de hoy, no es la primera fase de ningún proyecto porque no conocemos proyecto alguno. Ni siquiera dónde pondrán el verde.

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