Salté de la cama decidido a cumplir tres encargos mañaneros. Tenía tres citas. La primera en Cultura de la Junta, con nuestra encantadora y sabia Monsalud. Después a las 12:00 en la Económica con una rueda de prensa para presentar las actividades del segundo cuatrimestre de la Fundación Aduana Museo de Málaga. Raudo, sobre las 10:00, tomé un taxi en la puerta de mi casa, en Cristo de la Epidemia. Al llegar al final del túnel de la Coracha, vimos que todo estaba acordonado por la Policía: "La llegada del presidente francés", nos dijeron. De allí al Miramar, a uno por hora. Después al paseo Marítimo, 25 minutos. Otro tanto para llegar al principio del Paseo de los Curas, allí todo se bloqueó, nadie se movía. Abandoné el taxi en el Hospital Noble, descarté la idea del edificionegro y me fui directamente, andando, a la plaza de la Constitución. Todo acordonado hasta el Málaga Palacio. Celebrada la rueda de prensa tuve que volver también andando a mi estudio y de allí a mi casa. ¡Viva la France! (Mi rótula o choquezuela izquierda lleva dos días sin hablarme...).

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