En un ejercicio propio de la nouvelle cuisine, donde nada es como hasta ahora había sido, se han anunciado los presupuestos municipales del próximo año. Que es éste que se nos escapa. Lo que en términos gastronómicos es algo así como que te presenten la carta tras veinte minutos sin que el camarero te haga puñetero caso. Entre el menú, los cocineros destacan la promesa de construir 504 VPO. Una propuesta pantagruélica, después de que en todo el 2016 sólo se visaran 754 viviendas en todo el municipio.

Según su web, el Instituto Municipal de la Vivienda está ejecutando actualmente ochenta y dos. Dado que en el mejor de los casos, el tiempo de ejecución de una promoción no baja de los tres años, anunciar que en lo que queda de éste se iniciarán seis veces más de las que están en marcha sería digno de encomio si no fuera por la segunda parte de la noticia: 354 están condicionadas a que la Junta de Andalucía subvencione su construcción o decida dar marcha atrás en su decisión de no hacer las enquistadas "tecnocasas". Poco ha faltado para explicar que la competencia en construcción de viviendas es de la Junta. Lo que es una verdad a medias como la propia competencia, compartida entre comunidades autónomas y ayuntamientos. Y así la ejercen ambas administraciones desde hace años. Por otro lado, la política económica en materia de vivienda depende del gobierno central, que la define mediante los Planes de Vivienda y de quien se espera uno nuevo desde finales de 2016. En su ausencia, la Junta aprobó el año pasado el suyo para el 2016-2020, en el que no se contemplan subvenciones a las nuevas construcciones. Nada impide que cambie de criterio o que el Gobierno central decida impulsar uno nuevo con ayudas renovadas que luego se complemente a nivel autonómico. Pero a día de hoy, que toda esa cascada de decisiones esté operativa este año, guarda más relación con mis apetitos culinarios que con el menú de 8 euros que engulliré a las tres.

Con la asimilación del pacto del PP y C's a un plato de lentejas, que primero se las comen y después las dejan, Maíllo ha puesto en román paladino la explicación de Jaques Chirac sobre que las promesas electorales sólo comprometen a quienes se las cree. Maximum Shameless perfeccionó la idea sentenciando que no hay que desaprovechar la oportunidad de prometer todo aquello que dependa de un tercero. Sirvan estas VPO como menú de degustación.

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