Letra pequeña

Javier Navas

Los bien pagados

LOS ex jefes de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Málaga seguirán cobrando más que sus indios, pese a que éstos por el momento son menos. Cuando el cargo les abandone (suele ser el cargo el que les abandona a ellos como mal agradecido desodorante), el sistema de retribuciones les asegura que en sus bancos seguirán tratándolos de usted. Milagros del convenio colectivo: pensado a principios de los noventa para evitar que algunos trabajadores perdieran ingresos, degeneró -o mejoró, si lo evalúa un ex jefe- en una sinecura que beneficiaba incluso a quienes no ocupaban sillón cuando se aprobó la norma.

El sistema ha dado con varios enemigos. El más asombroso, Francisco de la Torre. Asegura que tiene la "voluntad política" de suprimir los complementos de marras. Pero Pedro Moreno Brenes, portavoz de Izquierda Unida, desconfía del voluntarioso alcalde; le arrostra que el PP votara la supresión de los complementos y que después decidiera, rizando los rizos, cortarle sólo las puntas, quemadas como los trabajadores agraviados de la Gerencia. Moreno estima en medio millón de euros anuales el gasto en complementos personales; equivale al beneficio de conceder licencia para obrar hasta dentro del estadio de fútbol. En IU exigen su total supresión y en el equipo de Gobierno aseguran que no seguirán cobrándolo del todo, "al cien por cien". Entre el cero y el cien hay un abanico de posibilidades, con la calor que hace.

El concejal de IU habla de "disparate jurídico, económico y ético". Desde luego es un pellizco cuya justificación se escapa. Acerca de los aspectos morales, no está bien hacer demagogia. Mejor nos callamos sobre la decencia de cobrar de las arcas públicas -que no son posesión del Ayuntamiento- por un trabajo que ya no se ejecuta y mejor no decir nada de las prestaciones para parados o de los subsidios o… Bueno, sí; hagamos demagogia. Con lo que cuestan esos sueldos, ¿cuántos carritos del supermercado del puerto podrían llenarse? Mientras está crudísimo rescatar un plan de pensiones, trabajar -o mejor, haber trabajado- en un puesto bien puesto de la Gerencia de Urbanismo es garantía de una vejez plácida en edenes tropicales, lejos de los mazacotes de cemento que una vez se consintió edificar.

La voluntad política IU es cortar; la del alcalde, recortar. Si a nadie le gusta el modelo retributivo actual ¿qué problema hay en cambiarlo? Se ha hablado de la "rebelión de los alcaldes". ¿Temen en el ayuntamiento una "rebelión de los jefes salientes"? No sería tan escandalosa como una de controladores aéreos ni tan hilarante como una de inspectores de Hacienda. Quizá el desarrollo urbanístico se atascaría. Uno no se atreve asegurar que eso sería malo del todo.

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