El bosque en vilo

La preocupación por nuestro patrimonio natural se ha convertido para muchos ciudadanos en trascendental

La preocupación por nuestro patrimonio natural se ha convertido, para la gran mayoría de los ciudadanos, en algo trascendental. Sabemos que no existen avances posibles sin un alto grado de protección sobre nuestro entorno y un incremento sustancial de las áreas ocupadas por la naturaleza. Pero aún hoy existen seres bípedos irracionales que disfrutan con la destrucción de nuestros bosques, a sabiendas de que todo incendio puede también borrar las pistas de sus responsables. Y lo ocurrido estas semanas en Doñana es un episodio más de la larga lista de atrocidades que el ser humano es capaz de cometer contra si mismo.

Pero llega el momento de plantear no solo cambios legales y aumentos de pena, que siempre es la solución más barata, sino una decidida apuesta educativa y tecnológica por la protección ambiental. La propuesta lanzada por muchos educadores para que la zona quemada de Doñana sea repoblada, en parte, por estudiantes y profesores debe ser valorada. El hecho de que nuestros jóvenes visiten in situ el lugar de la devastación y aporten su pequeño grano de arena para recuperarlo puede ser significativo. Quizás no sea trascendental, pero el hecho de que los casi dos millones de estudiantes que componen el sistema educativo andaluz pudieran tener esta experiencia, ayudaría en el futuro a incrementar la conciencia de que lo que se quema es también un poco de cada uno de nosotros.

Respecto a los avances tecnológicos, ya en la década de los 90 se impulsaron proyectos de las industrias Bazán que, mediante cámaras termográficas situadas cerca de los parques naturales, peinaban el entorno y detectaban cambios de temperatura significativos. Estos sistemas de alerta temprana pueden ser hoy concebidos de una forma mucho más precisa e instantánea, al contar con mejoras sustanciales en el campo de los pequeños vehículos no tripulados, como son los drones, y en la versatilidad y precisión de las imágenes térmicas. Sabemos que estos proyectos de investigación aplicada requieren de fuertes inversiones, pero también nos jugamos nuestro futuro en ello y a nadie se le escapa la importancia social de sus resultados.

Quedémonos con una idea que ejemplifica cuan importante es que a todos nos apasione velar por nuestros bosques y por su repoblación inmediata. Es la frase de Martin Luther King: "Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol".

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