Con las botas puestas

El PP habría logrado cuadrar el círculo si hubiera tenido la opción de convertir a De la Torre en Defensor del Pueblo

Sorprendió el Rey con su discurso en Málaga y se adivinó la capacidad de persuasión del alcalde de Málaga. Don Felipe, "espero no incomodar", pidió al responsable del Museo Pompidou que prosiga la relación con Málaga cuando concluya el acuerdo en 2020. El monarca hizo de mensajero de Francisco de la Torre. El regidor realiza movimientos en las últimas semanas, que para nada anticipan que tenga interés en concluir su mandato tras las próximas elecciones municipales de 2019.

Un plan de limpieza, con la compra de máquinas de baldeo para que se paseen por los barrios; una lluvia de 19 millones con el mismo destino periférico. Su indisimulada intención de impedir a cualquier precio que se ejecute el tranvía al Hospital Civil, convencido de que los residentes prefieren los aparcamientos para sus coches antes que el Metro. El acuerdo con La Caixa para que participe en más proyectos culturales, aunque el munícipe persigue a la entidad porque quiere un Caixaforum en la capital y la institución financiera se resiste. El intento por darle un uso a la antigua prisión de Cruz de Humilladero... De la Torre ha puesto el piloto automático en una única dirección, aunque oficialmente se ha tomado el mes de febrero para desvelar si acepta encabezar la lista municipal de su partido, de nuevo.

El presidente regional del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, insistía esta semana en que el plan A es De la Torre. Y, a estas alturas, probablemente también el B. Si el alcalde desistiera, dudo que aceptara dejarle el camino libre a Elías Bendodo. Y la forzada convivencia entraña demasiados riesgos. Pero su renuncia inmediata, si tras el periodo de meditación dijese "no sigo", se contempla como la única fórmula para despejarle el camino al paciente aspirante. Como avanzó hace unos días Cope, el PP quizá habría logrado cuadrar el círculo si llega a cuajar la posibilidad para nombrar a De la Torre Defensor del Pueblo en España. Un cargo que le gusta y con el que no le habría importado poner colofón a su dilatada carrera política. Pero la designación necesita de los votos del PSOE, y los populares dudan que los socialistas se prestasen a resolverle el problema de la sucesión al Partido Popular en Málaga. Así que esta alternativa está casi descartada.

Salud, proyecto y cariño del público. Es la trilogía a la que se aferra el veterano alcalde malagueño para cuestionar si debe continuar con su legado. A las tres interrogantes él mismo respondía en sentido positivo. Es el eterno dilema. Tener la capacidad de saber cuándo hay que poner fin a una gestión y dar paso al relevo. En unas ocasiones es el protagonista quien no ve el momento. "De la Torre morirá con las botas puestas", pronostican en el PP. Pero en otras es el propio partido el que ante la posible pérdida de votos rechaza el fin de ciclo. Que le pregunten a los alcaldes de Antequera y Estepona.

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