COMO en las películas en la política también se reparten los papeles. Y al presidente de la Junta le corresponde el de bueno. Con un puñado de conflictos en efervescencia, José Antonio Griñán en su visita a Málaga intentó estar en plan conciliador. Por ejemplo, se mostró dispuesto a negociar esa deuda de 100 millones de euros con la Junta por el préstamo que en su día el Gobierno andaluz concedió a la gestora, tras la disolución del Ayuntamiento. La alcaldesa marbellí, Ángeles Muñoz, esgrimió ante los trabajadores que tiene que recortarles el sueldo porque Griñán no accede a establecer un plan de pagos más largo para devolver ese dinero como por ejemplo sí ha hecho el Gobierno central con el multimillonario debe a la Seguridad Social y Hacienda. La regidora juega sus cartas ante los más de 3.200 empleados municipales y coloca de paso en un brete a sus contrarios del PSOE. El presidente dijo ayer que estaba dispuesto a negociar el asunto. En el entorno de Muñoz se asegura que la alcaldesa se entrevistó al menos en tres ocasiones con la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo y ésta le dio calabazas. Se supone que con el beneplácito del jefe. ¿O no?

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