Los días primaverales de la semana pasada sólo fueron un espejismo. Las tormentas descargaron el pasado domingo por la noche más de 200 rayos y dejaron 5,5 litros en la estación de recogida del aeropuerto. Y fue apenas el preludio de la inestabilidad que se prolongará hasta el próximo jueves. La calima sucedió ayer a las tormentas de barro. El motivo de ambos fenómenos es el viento de componente sur o africano que la dana que gira hacia el Golfo de Cádiz está empujando hacia Málaga.
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