postales desde el filo

José Asenjo

La candidata

SÁBADO 9, manifestación en Madrid contra ETA. Convocan las asociaciones de víctimas del terrorismo y la preside lo más granado del PP. Unos y otros, en medio del entusiasmo, acabaron pidiendo que metan en la cárcel al ministro del Interior. Si el juez Lynch levantara la cabeza se sentiría muy orgulloso. Aunque saben perfectamente que no depende de él, exigen al Gobierno que impida la presentación de las listas abertzales. Como el Ejecutivo ya se opuso con todos los medios a su alcance en el momento procesal oportuno, es pues de suponer que los gritos de rigor se dirigían al Constitucional. La tesis de los manifestantes es que si el TC anula la decisión del Supremo, el Gobierno deberá impedirlo por cualquier medio. Si no lo hiciese quedaría probado, una vez más, que ha pactado con el diablo. Eso es ventajismo, lo demás son tonterías.

Nada que objetar a que los ciudadanos se manifiesten contra quien les venga en gana, pero el primer partido de la oposición no debería ejercer de autor intelectual y protagonista de movilizaciones como la del pasado sábado. Es curioso lo del PP, cuando mejor le dan las encuestas más bravío se vuelve. Si de todas formas vamos a ganar para qué disimular, pensarán la mayoría. Propuestas claras, como recomienda Aznar a Rajoy. Basta de contemporizar en política antiterrorista, no más ambigüedades: que metan al ministro del Interior en la cárcel…. ¡y punto! De las distintas almas que conviven en el Partido Popular la que más se oye es la que ha convertido la lucha antiterrorista en una ordalía. Puede haber diferencias internas más o menos sutiles al respecto, pero hay una cosa en la que el acuerdo es unánime: prefieren acabar con el Gobierno antes que acabar con ETA.

La candidata Cospedal comparaba ayer al ministro del Interior con el etarra Troitiño; a pesar de que su partido anunciaba esa mañana el acuerdo con Rubalcaba para estrategia común sobre las listas de Batasuna. No creo que una persona inteligente, que además es secretaria general de los populares, crea realmente lo que dijo. Debe ser que, quien aspira a presidir Castilla-La Mancha, piensa que lanzando ese tipo de infamias llegará mejor al corazón de su base social. Pensará como Aznar : "Estaría dispuesto a aceptar un gobierno socialista en España, pero no a este presidente, ni a este Gobierno". Que, como el ex presidente, esté convencida de que el voto ciudadano sólo legitima al gobierno si es de los suyos, si no deberán procurar derribarlo por todos los medios a partir del primer minuto de partido.

Para entender todos estos despropósitos hay que mirar más allá de la política. La actual fractura entre las dos Españas es más cultural que ideológica. Tiene que ver con ese miedo atávico que se traduce en odio hacia todo lo que pertenezca a un determinado código moral o religioso. Ese mismo instinto predemocrático por el que los nacionalismos creen ciegamente que los no nacionalistas constituyen un orden social inferior.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios