NO me atrevo a proclamar que el congreso que los socialistas malagueños acaban de celebrar en Mijas para elegir a los 32 delegados al cónclave federal suponga el Canto del Cisne del secretario provincial, Miguel Ángel Heredia. Pero tras el resultado tampoco se puede descartar.

Cierto que el máximo dirigente del partido en la provincia obtuvo un 68% de votos. Una victoria sin paliativos ante su oponente. Pero le ha dejado expedito el camino para que el socialismo malagueño visualice una alternativa que ha sobrevivido con pocos rasguños y en las peores circunstancias posibles al envite contra el aparato. Si el PSOE de Málaga cosecha los malos resultados que se prevén en las autonómicas, al líder de los críticos, Josele Román lo acabarán por llevar en volandas.

Porque en estos congresitos celebrados en Andalucía, menos saber si interesa votar a Rubalcaba o a Chacón se han dirimido todo tipo de cuitas internas. En unos casos para determinar quién controlará la formación socialista en la región. Aquí, para anticipar movimientos de cara al congreso provincial del verano. Y siempre, me da la impresión, tirios y troyanos han descontado la posibilidad de que Griñán pueda ganar el 25 de marzo.

Heredia configuró su lista oficialista de delegados al federal como un inventario, por orden alfabético. El mérito de los congresistas que deben acudir al desafío más importante al que se enfrenta el socialismo español desde Suresnes decrecía por la letra de su apellido. Debió pensar que vencería de calle y saldrían todos. Además, excluyó al consejero de Cultura, Paulino Plata, y en la práctica a la presidenta del partido en Andalucía, Rosa Torres, porque esa T la postergaba a los últimos lugares en caso de dos listas. Josele,sibilinamente, propuso su rescate y el de Plata en una candidatura de consenso, pero Heredia rechazó las condiciones que le imponía. Ganó, sí, pero desafinó en la música y erró en la letra.