Un poco de cintura

Para jugar al baloncesto hay que tener cintura y estos jugadores están más tiesos que las figuritas del belén

La legislación urbanística estatal establece que el Ayuntamiento recibe parte del suelo de las nuevas urbanizaciones para que en ellos se hagan los diferentes equipamientos. Algunos de estos solares son puestos a disposición de la Junta para que construya colegios. Construidos éstos, el Ayuntamiento, es propietario del suelo y de los centros, en los que la Consejería de Educación desarrolla la actividad escolar y extraescolar hasta las ocho de la tarde. A partir de esa hora se pueden seguir usando las instalaciones, pero como la propiedad, vigilancia y mantenimiento es del Ayuntamiento, su práctica depende del oportuno convenio entre las dos administraciones. Que en Málaga ha necesitado de meses de desencuentro para incluir una adenda en el convenio estándar que ya se había firmando con otros consistorios. Se trataba de recoger que será el Ayuntamiento el que ceda las instalaciones a los clubes y no el centro. Lo que para el común de los administrados, deseosos de que el trabajo recaiga sobre la mesa de nuestro compañero y no en la nuestra, escapa a cualquier forma de razonamiento lógico. Y más aun después de presenciar la discusión sobre cuál es la administración competente en materia deportiva. En principio era la Junta, cuando se trataba de insonorizar, y ahora parece que es el Ayuntamiento, que dirá quién juega a la pelota.

Pero puestos de acuerdo, la administración sigue su curso. Los expedientes abiertos deben cerrarse y en palabras del concejal de Medio Ambiente, no multar a la Junta "sería un delito". Para el alcalde, las dos sanciones de 12.000 euros no tienen "mayor importancia". Lo cual es cierto, porque no las paga nadie, sino una administración, que somos todos, y la cobra otra administración, que también somos todos nosotros. Con lo que todo queda en casa. Y todo esto cabrea, que dicen en los patios de los colegios multados y en los de los que pueden multar. En la Consejería no entiende por qué la sancionan por el mismo ruido que se hará después de firmar el convenio, y como dos no juegan si uno no quiere, aplaza la firma y así no la multan también por no hacer caso a los municipales. Y todos, unos 3.000 niños, se quedan castigados sin jugar por la bronca entre dos adultos. Como en el cole.

Para jugar al baloncesto hay que tener un poco de cintura y los jugadores de este partido están más tiesos que las figuritas del belén. Ya sólo queda pedírsela a los Reyes.

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