¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Las cloacas del 'procés'

El 'procés' tiene sus cloacas, muchas más de las que imaginamos. Las iremos conociendo

Recuerden el curioso libro de Manuel Vázquez Montalbán, Mis almuerzos con gente inquietante, magistral recopilación de entrevistas y opíparas comilonas con personajes de la talla y altura de Bibi Andersen, Fraga Iribarne o el que para algunos fue el cerebro del 23-F, el comandante Cortina. ¿Qué libro escribiría hoy, tras lo ocurrido estas semanas en Cataluña, el creador de Pepe Carvalho, ese charnego rojo y desencantado, aficionado a los crímenes, la buena cocina y las hembras? Cualquier posibilidad quedó enterrada para siempre en aquel aeropuerto de Bangkok, pero nosotros sí tenemos claro que entre los entrevistados incluiríamos a Jaume Roures y Vladimir Putin.

Alguna vez hemos evocado la antigua lección de nuestro profesor José Manuel Macarro en sus clases de Metodología: desconfiar de cualquier explicación de los hechos históricos que se base en las conspiraciones, bien sean de los francmasones, bien de los jesuitas. Evidentemente, el nivel de deterioro al que ha llegado la situación catalana se debe a una constelación de factores sociales, políticos, económicos, culturales… Dos o tres generaciones de venideros historiadores, politólogos y sociólogos españoles tendrán trabajo de sobra para explicar el 1-O y lo que se pueda derivar de él. Sin embargo, el que no existan conspiraciones -o que éstas no sean el único motivo que explique una rebelión- no significa que no nos tropecemos con vivos, aprovechados y aventureros (como dirían los viejos comunistas) que intentan arrimar las sardinas de sus ambiciones a las ascuas de los acontecimientos. No nos referimos, claro está, a personajes como Puigdemont o Forcadell -iluminados con vocación de mártires-, sino a aquellos como Roures o Putin que saben que en las aguas turbulentas de España hay muchas ganancias que pescar. El primero, un plutócrata de izquierdas -como tantos ha habido en la historia-, en forma de cambio de modelo de Estado que colmaría sus fantasías revolucionarias de juventud y sus ansias de oro de senectud; el segundo, con la inestabilidad de una UE que es un dique ante sus desaforados sueños imperialistas neosoviéticos. Ambos están en la sombra, esperando, maniobrando con sus medios de comunicación, sus agencias de intoxicación o moviendo los hilos de personajes como Julian Assange. El procés tiene sus cloacas, muchas más de las que imaginamos, y con el tiempo las iremos conociendo. Prepárense para las sorpresas.

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