Los culpables

La autonomía catalana fue suspendida por Puigdemont, que tiró a la basura su propio Estatuto

Es justo y necesario que se aplique el artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Los culpables son ellos, Puigdemont, Junqueras y los independentistas, que hicieron lo posible por llegar al escenario que ahora lamentan. Rajoy lo dijo con claridad: el Gobierno no ha suspendido la autonomía catalana. ¿Pero está suspendida, o no? Pues sí, la autonomía catalana fue suspendida por Puigdemont, que tiró a la basura su propio Estatuto para recorrer el camino hacia la independencia. El Senado aprobará las medidas para que vuelva la legalidad. Entre ellas, el cese del presidente y consejeros de la Generalitat. ¿Por un capricho? No, porque se han situado fuera de la ley. Y no sólo eso: han inventado un escenario inconstitucional.

Con ese mismo procedimiento, los nacionalistas y los antisistemas se podrían cargar todas las democracias de Europa. Y eso es lo que realmente hay detrás: intentan romper España, como un paso más para romper Europa. Por eso, las medidas cuentan con el apoyo de PP, PSOE y Ciudadanos. Por eso, los gobiernos europeos lo avalan.

Es la hora de quitarse las caretas. Los de Podemos, que habían criticado a Rajoy y también a Puigdemont en los días previos, calificándolos de pirómanos políticos, ayer ya sólo arremetieron contra Rajoy. Como en este proceso intervienen mentirosos compulsivos y manipuladores natos, se ha llegado a decir que "el Estado ha dado un golpe de Estado", y también que "la aplicación del artículo 155 sitúa al Gobierno de Rajoy fuera de la Constitución". Ya se han quitado la piel de corderos, para demostrar con quien van en este conflicto.

La oferta de diálogo de Puigdemont es una mentira que se apoyaba en otras mentiras. Es falso que el 1 de octubre se celebrara un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Las condiciones fueron indignas de un país democrático, al no estar legalizado. Las circunstancias de la supuesta votación, sin un censo válido, con más votos que votantes en algunos colegios, y cosas así, no se homologarían en ningún país. Los observadores internacionales que acudieron a Cataluña (¡ojo!, llamados por los propios organizadores), admitieron que el resultado era imposible de verificar. Esto se ha silenciado vilmente, porque no les interesaba. En consecuencia, es falso de toda falsedad que se pueda legalizar o considerar semejante mamarracho.

Por el contrario, la aplicación del artículo 155 será un primer paso para que Cataluña vuelva a situarse en su lugar, dentro del Estado de las autonomías. No se confundan, ni sigan engañando a la gente.

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