Luces y sombras

antonio / méndez

Los cursos de verano

EL próximo rector o rectora de la Universidad de Málaga debería replantearse la selección de los cursos de verano de la UMA. Si la excelencia es la aspiración de cualquier universidad, la calidad en una actividad en la que se proyecta la imagen social de la institución es obligada. Y no siempre se alcanza ese parámetro. Este año a última hora se han cancelado dos, entre ellos uno de la facultad de Económicas que ciertamente rechinaba.

Habría que evitar que parezca que la selección de profesores de estos estudios veraniegos obedece a la amistad o la componenda entre colegas. O por pagos de servicios o patrocinios prestados. Sorprende incluso que se necesite a un graduado o a un doctorando para las ponencias.

Porque supongo que los costes, también los de los firmas colaboradoras, no deben desdeñarse. Suelen cobrar casi todos los participantes y por supuesto los que los organizan. Y un aguinaldo prevacacional viene bien. Y, luego, los almuerzos, desplazamientos y estancias hoteleras para los foráneos. Aunque este capítulo resultará más bien económico, dado el paisanaje de buena parte de los intervinientes.

He asistido este julio a dos cursos. Uno de la facultad de Derecho. Por segundo año nos reunieron a los directores de periódicos locales pero para debatir sobre la amenaza global del terrorismo. Confieso que no es mi fuerte, aunque de joven trabajé en sucesos. Presumo que los anfitriones, además de que den por descontado que algo de interés diremos, también quieren asegurarse de que su curso saldrá en la prensa. Y suelen acertar. Todos sufrimos la vanidad de la foto. La sala estuvo un poco desangelada, como el primer año. Antes disertó el secretario de Estado de Seguridad, con un contenido de gran interés. El pequeño aula se llenó, gracias a que acudió la cúpula de la Guardia Civil y la Policía Nacional y la comitiva política de rigor de acompañamiento.

Con la Escuela de Arquitectura participé en otro sobre la ciudad y los museos. Al tiempo se desarrollaba otro sobre turismo y los museos también eran los protagonistas. Así que más de uno ha hecho doblete.

De los dos cancelados, uno sobre robots, que a priori parecía de gran interés. Y el que la Facultad de Económicas promovía por sus 50 años. El primer día iba a reflexionar sobre la crisis el ex consejero de Economía de la Junta Antonio Ávila. No creo que en las escuelas de negocio más prestigiosas del mundo la gestión de esta área en la etapa más cuestionable del Gobierno andaluz se estudie como modelo. Luego el directivo de Unicaja José Manuel Domínguez iba a dar la enésima charla sobre su libro. Y de postre, una mesa redonda con el decano sobre "qué se aprende en la facultad". Pues ya se sabe, lo anuncia el lema con que celebran su eterno aniversario: a "cambiar el mundo".

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