Editorial

Un debate serio sobre la telebasura

CUANDO la desaparición de un programa de la televisión de las características del que Tele 5 decidió retirar de su parrilla el pasado viernes ocupa lugares de privilegio en las portadas de los diarios y es objeto de sesudos comentarios periodísticos, se puede concluir que la sociedad española sufre una clara distorsión en algunos de sus valores. El programa en cuestión, paradigma de la telebasura y modelo de zafiedad, intromisión en la vida privada de las personas y mal estilo, había conseguido, pese a quien pese, crear escuela en la televisión española y dar a la cadena que lo programaba índices de audiencia más que estimables. El que un programa de estas características, que cada día hacía saltar por los aires todos los códigos deontológicos habidos y por haber lograra hacerse con una audiencia estable en torno a los tres millones de personas, invita en primer lugar a reflexionar sobre el nivel cultural y las inquietudes de las personas que lo seguían a diario y, en segundo lugar, a plantearse si no ha llegado la hora de apelar a la responsabilidad social de los operadores de televisión para hacer, de una vez por todas, una reflexión seria sobre los límites que no se deben traspasar. No se trata, ni mucho menos, de proponer medidas coercitivas, pero sí de apelar a la responsabilidad de los gestores de las cadenas privadas -también, aunque afortunadamente no es el caso de Andalucía, de alguna pública como la valenciana- para poner fin a este tipo de programas que empobrecen nuestra televisión y también al conjunto de la sociedad. Si en España se han traspasado casi todos los límites en lo que respecta a la telebasura ha sido porque las cadenas han entendido que en la lucha por la audiencia valía todo, olvidando que los medios de comunicación -la televisión especialmente, por llegar a públicos más masivos que el resto- no son sólo unas empresas dedicadas a conseguir el máximo de beneficios, sino que además son agentes sociales que tienen una responsabilidad fundamental en la transmisión de valores y en la educación de las personas.

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