Luces y sombras

Antonio Méndez

El desierto de Griñán

Asólo unos días para la celebración del congreso federal del PSOE el socialismo oficial andaluz ha trazado una división: "Unos estamos volcados en el único objetivo de ganar las elecciones y otros no", me resumía su sentir una dirigente esta semana. La pregunta obvia: ¿Y cómo ayuda este cónclave a las aspiraciones de Griñán?

Vaya por delante que me parece un error la apresurada convocatoria de esta convención, sin dar tiempo a un debate sosegado y profundo sobre el papel que la socialdemocracia debe jugar en la sociedad del siglo XXI, que ni siquiera corresponde liderar en solitario al PSOE. Pero es de principiantes, tras los nefastos resultados electorales, suponer que el primer capítulo para la resolución de esta crisis interna será descarnado y ni siquiera definitivo, dada la profundidad de los problemas que aquejan al partido. No es, por tanto, el mejor escenario para una operación de marketing para el lanzamiento del candidato. Por ejemplo, ¿de veras que nadie se atreverá a tomar la palabra para proclamar ante sus compañeros que como socialista siente vergüenza del escándalo de los ERE y que habría que pedir perdón y no únicamente a los andaluces? Porque para más inri la cita es en Sevilla. Que le conserven el don de la oportunidad.

Así que quien me explicaba esa distinción entre los dos bandos socialistas, supongo que cuando recalca respecto al congreso que para ellos el objetivo fundamental es ganar el 25-M, han llegado a la conclusión de que de el resultado de esa cita debe obedecer a lo que estratégicamente convenga a Griñán de cara a las urnas. ¿Verán los electores con más agrado una foto con el recién derrotado Rubalcaba o con la desconocida exministra Chacón? ¿Puede permitirse el presidente andaluz que trascienda que la neutralidad activa en realidad esconde el apoyo de facto a una de las dos alternativas y que ésta salga al final derrotada? ¿Después de proclamar toda la vida que es un felipista confeso renuncia ahora a su fe política tras conocer que González respaldará al exministro de Interior?

Atribuyen algunos a Luis XV la sentencia "después de mí el diluvio", al fin de un nefasto reinado. "Después de mi el desierto", puede parafrasear ahora Griñán.

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