La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El dulce sabor de la venganza

Parece que alguien la odia tanto que se ha complacido en humillarla cuando ya era un cadáver político

Una brillante carrera se desplomó ayer de forma vergonzosa y humillante a causa de un máster que poco aporta a su currículo, y nada a su vida política y profesional, y de un par de botes de crema antienvejecimiento que importan 40 euros. Dos torpezas incomprensibles en una política que parecía inteligente. A las que se suman las muchas torpezas que ha cometido desde que explotó el escándalo del máster hasta su renuncia. No se puede gestionar peor una situación. Según Cifuentes la culpa no la tienen ni el máster ni las cremas: "He mantenido tolerancia cero contra la corrupción y eso tiene un precio". No señora. Lo que tiene un precio es la trampa académica, el pequeño -grotesco- robo, la prepotencia y la mentira. No culpe al cenagal lleno de caimanes mordiéndose unos a otros en el que se ha convertido su partido. Hace una semana, ¡qué casualidad!, usted denunció a Aguirre y su equipo por la Ciudad de la Justicia. Hace un año, otra casualidad, usted destapó el escándalo del Canal de Isabel II haciendo exclamar a Ignacio González su famoso "la gilipollas esta no tapa nada". Entonces usted, como espíritu regenerador del PP, proclamó ante la Ejecutiva regional madrileña: "Es mucho más que el fin de una época. Estamos impulsando el comienzo de otra nueva… y distinta". Esto lo dijo usted -¡qué casualidad otra vez!- el 26 de abril de 2017 y resulta que el 25 de abril de 2018 lo que iba a ser el final de una época ha resultado ser el suyo y la época nueva en el PP madrileño se ha resuelto en este presunto duelo en el fango. Parece que alguien con pasión por los aniversarios la odia tanto que no le ha dejado dimitir el 2 de mayo con una cierta dignidad, sino que se ha complacido en humillarla cuando ya era un cadáver político. No le va a ser fácil al PP liberarse de su hedor a descomposición ni convencer de que esto no es una suicida guerra interna tipo "muera yo y conmigo los filisteos".

Cifuentes se presentó ayer como una víctima que ha sido extorsionada, espiada, investigada… Seguro que sí. Pero ni el máster ni el vídeo son invenciones. Ha sido víctima de sus actos y, sobre todo, de sí misma. ¿Que lo del máster y los botes de crema son cuestiones menores comparados con otros escándalos de corrupción? Sin duda. ¿Que hay distintas varas de medir para la derecha y la izquierda? También. Pero no lo ha podido hacer peor, con más soberbia y menos inteligencia. Y lo ha pagado.

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