Entre el frío y la quiebra

Es de esperar que las tarifas vuelvan a la normalidad al pasar el temporal

Estas semanas, y parece que lo que queda de invierno, estamos viviendo en una incertidumbre permanente acerca del valor de la energía. ¿Nos congelamos o nos endeudamos? Se preguntarán muchos españoles cuando escuchan las declaraciones del ministro del ramo. De ahí que la gran mayoría esté sorprendida con la complejidad que tiene hoy el mercado de la electricidad.

Pero todas estas manifestaciones deben tener sus matizaciones correspondientes. Cuando dicen que el precio se dispara, debe indicarse que esto sólo afecta a aquellas personas que se encuentran en el mercado regulado por el Gobierno, que son la minoría, no siendo así en el caso de las que pertenecen al mercado libre. Por tanto, si hay algún responsable en este caso de que el precio crezca descontroladamente debería ser el que lo regula, de ahí que no se entienda tanta queja por parte del que debe aportar la solución. También es curioso escuchar a los que piden la nacionalización de las eléctricas, en unos momentos donde vemos que aquellos a los que les regula el precio el Estado están sufriendo más los vaivenes tarifarios.

Cabe decir que estas declaraciones, acerca de lo que se incrementará el precio de la electricidad de seguir así todo el año, son paradójicas. Si ahora está nevando y no se produce suficiente energía hidroeléctrica más económica, es comprensible que cuando empiece el deshielo aumenten los embalses y abarate la luz en la misma proporción. Por otra parte, es difícil de entender que no se produzca energía eólica, cuando el hecho de que no haya viento en una zona no implica que no lo haya en toda España a la vez. Por tanto es de esperar que este tipo de energía pueda disminuir en algún porcentaje, pero se incrementará nuevamente al regularizarse la situación. Y respecto a la energía solar, es sabido que alcanza su mayor eficiencia cuando da el sol a temperaturas bajas, como hoy está ocurriendo en muchos lugares, por tanto extraña la disminución de su producción. Como suele decir el refranero, "no hay mal que cien años dure", por lo que las situaciones excepcionales deben ser tratadas como tal, tanto por parte de las compañías eléctricas como por las autoridades competentes. Es de esperar que las tarifas vuelvan a la normalidad al pasar el temporal, porque de lo contrario el problema no sería la nieve, y eso provocaría que las justificaciones fueran mucho más complicadas.

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