Con el fútbol hemos dado. Cuenta con más seguidores en el mundo que cualquiera de las religiones. Sus grandes figuras son idolatradas por hinchas incondicionales. A nadie avergüenza que ganen fortunas inmensas y evadan impuestos sea cual sea su camiseta o su pasaporte. Y sus dirigentes nacionales o internacionales están con frecuencia en la picota por falta de integridad. La UEFA y la FIFA al conocer la situación jurídica y policial de Ángel María Villar han anunciado que estudian destituirlo como vicepresidente de ambos organismos ¡en aplicación de sus códigos éticos! Sorpresa y confusión: UEFA y FIFA tienen códigos éticos. Que estén dispuestas a aplicarlos parece una broma.

Los presidentes de estas dos organizaciones, Platini y Blatter, tuvieron que dimitir en 2015 por escándalos de corrupción. Otros dirigentes han sido sorprendidos en flagrante delito o destituidos por cobrar comisiones para amañar las sedes de las competiciones. Se sabe que han amenazado al Gobierno español con dejar a la Selección fuera de campeonatos de Europa o del Mundo si el Consejo Superior de Deportes controlaba a la Federación española… Y tras proteger a Villar, ahora se escandalizan. Estos señores mejoran al capitán Renault de Casablanca, que primero cobraba comisiones por las apuestas y después cerraba Rick's porque se había enterado que allí se jugaba.

Es grave que hayan detenido al presidente de la Federación Española de Fútbol por corrupción. Pero lo peor es que llevaba casi 30 años en el cargo, bajo sospecha y sin control. Una vergüenza que no es nueva. Hubo un presidente de la Federación, nombrado poco antes de que muriera el dictador, que no había manera de echarlo y el Gobierno tuvo que hacer un decreto específico para impedir su reelección. Se llamaba Pablo Porta. Parecía eterno, pero sólo estuvo nueve años, de 1975 a 1984, menos de la tercera parte que Villar. Se hizo muy famoso por los ataques de que era objeto por parte de la estrella de la radio deportiva de la época, José María García. Todas las noches, entre informaciones, críticas y descalificaciones, oíamos el soniquete: Pablo, Pablito, Pablete.

Parecía que nos habíamos librado del mismo diablo. Y pocos años después, en 1988, llegó un sustituto que le ha superado con creces. El juez que ha mandado a la cárcel sin fianza a Villar y sus presuntos cómplices les acusa de clientelismo, soborno y coacciones para perpetuarse en el poder. Compra de voluntades para mantenerse en el cargo, lo mismo que Porta. Los delitos son numerosos: administración desleal, apropiación indebida, estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares. Un gran especialista médico que conozco explica de manera sencilla por qué aparece un cáncer. Malos hábitos, malos genes y mala suerte. Sirve para definir el destino fatal de los corruptos: si tienen malas conductas, bajo código de valores y mala suerte, los acaban pillando. Aunque sea tarde.

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