DICE Rajoy que a él le preocupa más el desempleo que la peineta de Aznar. De acuerdo. No creo que haya nadie que otorgue menos importancia a un solo parado que al obsceno gesto del ex presidente. Pero eso no quiere decir que haya que minusvalorar la lección magistral que Aznar impartió a los alumnos de la Universidad de Oviedo, qué va. El ungido conferenciante y doctor honoris causa ya tiene otro mérito que agregar a su currículo académico. Aquí va una sugerencia para un curso de verano: "La transformación de la higa en peineta: de Marcial a Aznar". Hay mucha erudición detrás. Por ejemplo: la higa, precedente del Siglo de Oro de la peineta moderna. Dice Santiago de Covarrubias que la higa es una manera de menosprecio que se hace cerrando el puño y mostrando el dedo pulgar entre índice y el medio, y la hace derivar de la higa antigua, que era una representación del miembro viril y que se hacía extendiendo el dedo medio y encogiendo el índice y el auricular. Hagan la prueba en su casa y comparen. Y luego reciten a Marcial: "Mee yo claro, y una higa para el médico". Y a Quevedo: "El mal de ojo de tu hermosura, Perico, no persiga, un perro muerto llevarás por higa". Y Lope, en La Dorotea: "Toma, toma, que quisiera ser higuera para darte dos mil en cada rama". ¡Qué lección, Aznar, qué lección!