Una de las noticias que más me han gustado para el próximo Carnaval es la recuperación del segundo fin de semana de la fiesta. El PP, por lo bajini, sin decir nada, pero haciéndolo todo, había vaciado por completo el programa desde el Miércoles de Ceniza para que de esta forma los capillitas de Cádiz no sintieran ocupado su calendario particular, sus cuarenta días de triduos, quinarios y septenarios…cuanto daría yo por un septenario de lomo en manteca.

Especialmente interesante es la recuperación de la cabalgata del humor, que quizás, era la más genuina de la ciudad. Con todos mis respetos a las personas que siguen la cabalgata del primer domingo, que son muchas, a mi ese carrusel no me huele a Cádiz por ningún lado aunque soy consciente de que es un espectáculo que atrae a mucha gente de fuera y que económicamente es muy bueno para la ciudad.

Pero es cierto que el segundo fin de semana de la fiesta, que comparte fechas con carnavales en otras muchas poblaciones, es más "intimo" es más como para la gente de Cádiz y, por tanto, esta cabalgata se puede disfrutar mucho más. Debe ser la cabalgata del mamarracho, de la poca vergüenza, de los coloretes, porque ese es el Carnaval de Cádiz, una fiesta donde la palabra tiene mucho poder…por eso, el PP se quiso siempre cargar la fiesta de la calle porque ahí se larga mucho y con munición mucho más potente que las letras del Falla, que van "a otro mercado". Me parece también acertado que sea el sábado por la tarde noche. Los sábados por la noche son unos días faltos de programa y vendrá bien este acto para el segundo. La cabalgata también podría ser un buen sitio para que cantaran las callejeras y las agrupaciones, y aunque fuera una cabalgata lenta (también es lento el Prendimiento) sería gracioso que fueran parando para cantar cuplés, aunque sólo fuera 1 por parada.

El Carnaval de Cádiz debe recuperar su personalidad, el de la fiesta de la calle, el de las ocurrencias. Ese Carnaval no tiene nada que ver con el que se ve en teatro Falla donde se apuesta ya tanto por el preciosismo estético que se ha olvidado la base de la fiesta y que es la calidad de las letras.

Reconozco que me rio muy poco en el concurso y en la calle no paro. Sólo con ver los tipos y los nombres de las callejeras ya es motivo de carcajadas y cuando empiezan los repertorios con letras super frescas y actuales, pues es que se disfruta una barbaridad. No cabe duda de que la decisión de recuperar la cabalgata del humor le vendrá bien al Carnaval al que se le devuelve su segundo fin de semana, retirado por lo bajini.

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