EL PUCHERO

Teresa Santos / Tsantos@malagahoy.es

¿A quién le importa Málaga?

MÁS de un millón de personas llamadas a votar en la provincia de Málaga. Las encuestas que se conocen hasta ahora son de terror en cuanto a la abstención. Ya anunciaba IU hace unos días que puede llegar a ser del 64 por ciento, y los datos que manejan otros partidos no se alejan mucho de ese porcentaje.

Teniendo en cuenta que a todas luces la derecha está movilizada, no es de extrañar que el PP haya echado las campanas al vuelo tras los datos que ofrece la muestra que ha encargado. Unos datos, según los cuales, en Málaga las elecciones andaluzas las ganaría el PP y en Andalucía el PSOE perdería la mayoría absoluta. Por mucho que el PP infle sus expectativas, hay un hecho indiscutible, la izquierda puede estar pagando las consecuencias de no haber sabido cohesionar a la progresía incentivando el espíritu crítico.

El modelo "no pienses tú sobre lo que es política de izquierdas que para eso te lo doy yo todo pensado" se acaba pagando. Sitúa al personal fuera de combate, pertrechado en el confort del sofá y la tele hipnótica. A ver quién es el listo que ahora convence de la necesidad de votar a quienes se han apoltronado como defensa contra el desgaste.

Con un litoral en el que la derecha tiene un voto importante y una capital con la progresía desmotivada, no es de extrañar que no hagan falta las encuestas del PP para temer que ni la apuesta por el AVE o por las infraestructuras le sirva al PSOE para llevar a votar a muchos indecisos.

Hay que reconocer que Málaga tiene su dificultad a la hora de trasmitir o de difundir un determinado programa, porque la aparente solidez y consenso de las bases de nuestra economía enmascaran su fragilidad y ocultan la necesidad de un debate sobre el futuro.

Bernardo Laniado me comentaba hace unos días, refiriéndose a la capital, que a Málaga le queda mucho camino para saber valorar su propia identidad, y me contraponía el ejemplo de otra ciudad mediterránea, Florencia, donde el ciudadano de a pie sabe que vive en la cuna del Renacimiento italiano.

Que Málaga es la ciudad de Picasso es un hecho, pero será necesario que pase más tiempo para que los ciudadanos se identifiquen con su museo o con la casa natal, para sentirlas como algo propio y no visitarlas sólo cuando llega alguien de fuera.

Esto de la identidad también tiene mucho que ver con los votos. Sólo si te importa el lugar en el que vives te acaba interesando quiénes son los políticos que la van a representar.

Antonio Romero, que al final va a ayudar en la campaña a IU pese a su anunciada jubilación, está convencido de que la manera de levantar de la silla a los indecisos es recordarles que si las cosas ya están mal como están con el modelo centrista en lo económico del PSOE, que se aten los machos si gana la derecha para perpetuar el modelo neoliberal, ese de contratos basura o de crecimiento desorbitado en el litoral. Romero haciendo un chiste suele decir últimamente que después de la legislatura del conejo y misa en latín y de espaldas a los fieles, la gente acaba confiando más en la lotería que en los políticos.

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