El otro lado

C's, en auge, se queda con casi la totalidad de los desencantados del PP y con buena parte del PSOE

El PP, si tomamos en serio la última encuesta del CIS, apenas paga en sus espectativas de voto el trajín corrupto de Madrid y se mantiene como primera fuerza nacional. Pierde un punto y medio, y poquita cosa parece si se tiene en cuenta el desgaste que debería suponer que Ignacio González esté luciendo flequillón en el trullo y la señora Esperanza Aguirre sentada en su santísima y alfombrada casa. Los seguidores de la oposición, visto lo visto, acusan a los votantes peperos, irredentos ellos como pocos, de ser a su vez corruptos, mientras nadie parece querer entender la fidelidad hacia el PP de unos electores que, aunque jodidos por la corrupción, consideran que Mariano y sus chicos ministeriales han sacado al país del abismo económico. Ahí, en la billetera, está la fuerza del PP, pero debería andarse con ojo porque están jugando en la frontera mientras el vigor de los partidos liberales ajenos a la política tradicional parece crecer. No debería mirar Mariano para otro lado, aunque sea su especialidad, en el caso de Francia, pues la parentela del EM de Macrón con el Ciudadanos de Rivera es evidente. C's es de hecho la única formación española que crece según el CIS y ya no anda demasiado lejos de un Podemos que, radicalizado una vez se silenció al posibilista Errejón, parece haberse quedado fijo en la foto e incluso en decadencia, y eso a pesar de sus teatrales puestas en escena y de su no menos teatral moción de censura, abortada la pobre antes siquiera de que hubiera coyunda. Los de Rivera no dejan de sumar seguidores sin embargo, y lo hacen ahora a buen ritmo, según una encuesta realizada en Madrid , un sondeo en el que se dice que se quedan con casi la tolalidad de los votantes que se desencantan con el PP y con más de la mitad de los que dejan el PSOE. C'S, a los que yo tanto he criticado y criticaré por su excesiva loa hacia su líder, por su oportunismo y por su escaso trabajo en el terreno, comienza a ver con ello su oportunidad, que pasa fundamentalmente porque Macron ilusione con una Francia más dinámica y potente y con que Ciudadanos madure como partido y deje atrás su imagen de equipo escolar tan optimista como atolondrado y superficial. La historia parece en cualquier caso dispuesta a darles ahora su oportunidad.

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