Facebook, el bar global, constituye un océano de libertad. Ese es el problema. Ni la adicción, ni la incapacidad para concentrarse en otra tarea, ni la sustitución de la comunicación directa por la virtual, ni las noticias falsas, ni los insultos, ni los virus, ni los piratas informáticos… el peligro se llama libertad. La tecnología, como el cuchillo o la energía atómica, no es neutral, sirve a quien la paga. La libertad, también. Y el dinero ha logrado el milagro de que la libertad, una mercancía valiosísima, no valga nada, de que se la entreguemos gratis, voluntariamente. Se la hemos regalado a través de un puñado de brokers electrónicos que comercian con ella, de unos niñatos millonarios armados con una herramienta colosal. El teléfono portátil y el ordenador personal son los confesionarios móviles, la brigadilla digital, los chivatos del Big Data, del gran policía cibernético.

¡Piensen! O lean Psicopolítica, la obra mayúscula en unas decenas de páginas del surcoreano Byung-Chul Han. Concluirán que la estrategia del poder actual es "prospectiva y permisiva". En lugar de obtener la confesión en el potro de tortura, la logra aprovechando la soledad de la gente y su necesidad de desnudarse, de airear sus anhelos, angustias, aficiones o disgustos. Además de los datos (edad, número de teléfono, amigos…) poseen la radiografía de las almas. ¿Tu avatar es un perro?: simpatizas con los animales. ¿Eres tú con la imagen de hace 20 años?: la nostalgia te puede y eres un potencial comprador de productos antiedad. ¿Tu muro exhibe mares, ríos o montañas?: muestras propensión a defender causas ecologistas. ¿Te ciscas en los muertos de un presunto asesino sin esperar a que la investigación avance?: apoyarás la prisión permanente revisable. ¿Lees Sport?: eres del Barça. Y después están los propios comentarios y todos los me gusta, me entristece o me enfada, que acaban por dibujar con absoluta precisión tu perfil psicológico.

La tecnología del poder es prospectiva, sutil y permisiva: mediante el conocimiento del pasado logra "el control sociopolítico del futuro". Lo ha confirmado en el Parlamento británico un fundador de la compañía que está detrás de la filtración masiva de datos de Facebook a favor, según él, de los partidarios del Brexit. "Es una empresa que va por el mundo socavando instituciones democráticas (…) y les da igual si su trabajo cumple con la legislación porque les gusta ganar". Gente sin formación humanística ni ideología que se recochinea en su sensación de poder. ¡Monos anfetamínicos encerrados en una habitación con el botón nuclear!

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