Cada uno con su nación

Si una nación es un sentimiento colectivo, reconozcamos esa identidad a los malaguistas o, por qué, no a los esperancistas

Poco le ha durado al PSOE la fiebre democrática en la que concede a la militancia la última palabra. Concluida las primarias, donde había que darle voz a las bases para que pudieran ajustar cuentas con el aparato, a los ganadores ya no les importa tanto que la calentura participativa se pueda diagnosticar con una simple febrícula producto de los nervios. Por eso han facilitado las componendas en múltiples agrupaciones para el proceso de elección de delegados a los congresillos que, a su vez, designarán a los representantes en el próximo congreso federal del partido.

En el caso de Andalucía, no han tenido problemas los sanchistas en pactar con muchas direcciones provinciales susanistas "cuántos delegados me das y cuántos te quedas". No era cuestión de tensionar, de nuevo, a la militancia con estas pequeñeces. Tampoco, por lo visto, será necesario someter al criterio de los 180.000 socialistas de carné esa ponencia marco, enmendada en su totalidad por el equipo de Pedro Sánchez, que convierte a España en una realidad "plurinacional". Que no es lo mismo que una multinacional. Asunto menor que no solivianta al colectivo. Con poner y quitar líderes y aprobar alianzas, ya son suficientes molestias.

Pero claro, si atendemos a al significado del término nación que el propio secretario general socialista ofreció en el debate de las primarias, el PSOE está ante la posibilidad de recuperar a una gran parte del electorado que se ha fugado estos años. El sentimiento arraigado de la población de un territorio, vino a definir el nuevo líder. Un camino en el que debe profundizar con valentía. Como el modelo a seguir es Cataluña y allí el Barcelona hace tiempo que es más que un club, y al fin y a la postre es implementar con una palabra sólo una identidad cultural, sin categoría de Estado, que avance en el modelo. En Málaga hay que reconocer ya en la Constitución que existe la nación malaguista y la cajista y, como mínimo, la esperancista. Por fin la izquierda, tan jacobina ella, hasta que le sedujo los nacionalismos, reacciona para articular una sociedad moderna que afronta los desafíos del siglo XXI. Si las redes sociales nos proporcionan seguidores o amigos, el PSOE construirá una España plurinacional, con nacionales con muchos me gusta.

José Félix Tezanos es uno de los ideólogo que así lucha contra la obsolescencia de la social democracia. En Radio Nacional sentenció que el PSOE ha tejido una red clientelar que obligó a militantes a firmar avales de la candidatura de Susana Díaz, pero luego no la votaron. Otra realidad nacional de los partidos donde gobiernan. El otrora sociólogo de cabecera de Guerra algo debe saber, pero es lento de reflejos. En 1980 ya estaba en el aparato del partido.

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